Determinante será el desempeño de los árbitros en el presente torneo Clausura de la liga mexicana de futbol que esta semana llega a su tercera jornada. Un error o una mala decisión del silbante en un partido puede ser decisiva en contra de alguno de los equipos involucrados en el descenso. También para el que aspira al título. El caso de los hombres de negro fue el tema de la semana por las fallas que tuvieron en los partidos Tigres contra Querétaro y América ante Toluca en los que beneficiaron a los felinos y a las Águilas. En el primero el colegiado Fernando Guerrero no se percató que había salido la pelota en pelota, siguió la jugada, anotaron los norteños el gol que les significó el triunfo y la derrota de los queretanos. Y en el Azteca el soplapitos Erim Ramírez regaló un penalti a los azulcrema y anotaron el empate frente al Toluca. Dascarado favoritismo que provocó la polémica.
Lo señalamos la semana anterior aquí en este espacio que la atención del Clausura estará puesta en los últimos lugares de la tabla en donde Tecos, Atlas, Tijuana y Querétaro, luchan por la supervivencia y todos los puntos que están en juego son oro molido. Ya ocurrió con los Gallos Blancos que pudieron sacar el empate en Monterrey y regresan a casa sin nada. Es la razón por la que todos los involucrados en el torneo, entrenadores, directivos y jugadores exigen trabajo eficiente de los silbantes quienes también forman parte del espectáculo y por una pifia lo echan todo por la borda. Desde hace tiempo, luego de varias temporadas plagadas de errores arbitrales, se exige la renuncia del presidente de estos personajes Aaron Padilla, pero el hombre sigue firme en su puesto aunque desconozca el negocio.
Dicen que el problema no va por ahí, sino que no se capacita debidamente a los silbantes. La Federación Mexicana de Futbol está al tanto de la actuación de los jueces lleva una estricta inspección y prueba de ello es la suspensión de Marco Antonio Rodríguez, considerado el árbitro número uno de México, con gafete internacional, aun así cometió un error garrafal en la final del Torneo Apertura 2011 favoreciendo a los Tigres que se coronaron y perjudicaron al Santos. Hubo reclamos airados y hasta se pidió la suspensión definitiva del “Chiquidracula”, pero quedó en seis partidos de vacaciones. Esto es parte del show de las patadas.
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