Mis queridos lectores, en su gustada sección «ya pasó, ya pasó, juegos del ayer«, le toca a Dishonored, juego que salió en el 2012 y que apenas me he puesto a jugar. Sí, lo sé, pero como ya he mencionado antes, hay muchos títulos que jugar y muy poco tiempo para hacerlo.
Pues bueno, en Dishonored tomamos el papel de Corvo Attano, un guardaespaldas de la emperatriz de Las Islas, que un día estaba regresando de una misión, así casual, y en eso, ¡zas!, es víctima de una macabra conspiración. Acusado de asesinar a la emperatriz y secuestrar a su hija, Corvo es condenado a morir, logra escapar con la ayuda de un grupo de disidentes y es entonces cuando yo pregunto: ¿Qué le dijo el ganso a la gansa?: ¡venganza!
Así que enfundado en la máscara de la muerte y con poderes especiales, Corvo se da a la tarea de castigar a los malosos que lo inculparon. Todo esto se desarrolla en la ciudad ficticia de Dunwall, que está basada en Londres del siglo antepasado y que, además, se encuentra en problemas por una epidemia de peste y de ratas, así que si tienen cierto pavor a dichos animales, créanme, no disfrutarán mucho el juego porque las infames ratas tienen un papel preponderante en el desarrollo de la historia de Dishonored.
A diferencia de otros juegos de disparos en primera persona, en Dishonored podremos elegir cómo actuar; al iniciar cada día nos dan una misión principal y algunos objetivos secundarios, de igual forma, durante el transcurso de la misión podremos elegir ayudar a otros personajes.
Y eso es algo que me gustó mucho, el poder elegir el camino para resolver dichas misiones, podemos ir a lo macho, matando a todos los guardias y enemigos o elegir mantenernos en las sombras y tratar de evitarlos, pero también es posible usar la ballesta con dardos tranquilizantes o aplicar una llave a los enemigos y dejarlos fuera de combate pero sin matarlos.
El juego fue desarrollado por Arkane Studios y lo distribuye Bethesta, eso es importante recordar porque si han jugado The Elder Scrolls o Fallout, notarán que Dishonored tiene detalles similares. Por ejemplo, la forma en que actuemos, hará que los demás personajes respondan de forma positiva o negativa, ya que al finalizar la misión principal nos calificarán y si creamos mucho “caos”, es decir, matamos a todo lo que se mueva o dañamos a nuestros aliados, la historia se irá modificando y es cuándo podremos tener consecuencias inesperadas.
También es posible, al regresar a nuestra base, comprar mejoras, ya sea mejorar la máscara, ballesta, capacidad de carga, etc.
Dishonored es una grata experiencia, me gusta el poder elegir como actuar y explorar Dunwall, que si bien no es muy grande, conforme vamos jugando podemos llegar a nuevos lugares o visitar los ya conocidos y encontrar amuletos que nos dan beneficios o piezas mágicas que permiten comprar o incrementan los poderes.
Gráficamente tiene detalles agradables pero, al menos, en la versión de Xbox 360 que es la que estoy jugando, me llamó la atención ciertas texturas de baja calidad, pero vamos, no es algo que arruine para nada el juego, sólo es un detalle que noté y que bien puede ser sólo de dicha plataforma.
Si quieren disfrutar de un juego que los haga pensar y llevar un ritmo más tranquilo, donde hay que analizar cuál es la mejor estrategia, Dishonored es una buena opción. Si quieren un juego donde la acción se ponga frenética y deban buscar cómo resolver una pelea que parece perdida, Dishonored también es una buena opción.
Sea como sea, no duden en pasar un buen rato con este juego.
Dishonored está disponible para Xbox 360, PS3 y PC, ya no está caro, en promedio en $299 pesos nuevo para las consolas (o la mitad si lo consiguen usado) y en tan sólo $9.99 dólares para PC (al momento de publicar esta nota en el portal de Mi Ambiente, el precio es de $19.99 dólares). También hay contenido extra, porque siempre es importante sacarnos más dinero… pero con el juego base pasarán un buen rato.
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