POR: Rafael Cienfuegos Calderón
La deforestación para uso agrícola o habitacional implica el agotamiento del suelo y la imposibilidad de recargar los mantos acuíferos que proporcionan nueve de cada 10 litros de agua para consumo.
En opinión del investigador del Centro de Ciencias de la Atmósfera de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Miguel Ángel Meneses Pérez, el crecimiento poblacional sin control tiene un impacto directo en el medio ambiente, principalmente en los procesos de deforestación y contaminación.
México no es un país con un incremento poblacional acelerado, pero la tendencia anual de 1.2 por ciento podría ser determinante en la demanda de servicios ya que se requerirán más viviendas, alimentos, atención médica, transporte, energéticos y, en consecuencia, se generará más contaminación y por la presión que esta demanda genera, un deliberado cambio de uso de suelo en zonas boscosas y selváticas.
En esos entornos precisa el investigador universitario, se provocan incendios para convertirlos en pastizales o para sembrar, o talan para construir viviendas. “Quien devasta los bosques puede argumentar que se trataba de un área improductiva que ahora produce maíz que alimenta al pueblo, pero en realidad causa un problema. Ejemplo de ello es lo que pasó en el poblado de Angangueo, Michoacán, entre 2010 y 2011: la población creció, empezaron a cortar árboles de los alrededores, llegaron las lluvias y no hubo una barrera que retuvieran el suelo, entonces sobrevino una inundación acompañada de un deslave”.
Esto es sólo parte del problema, pues la deforestación para uso agrícola o habitacional implica el agotamiento del suelo y la imposibilidad de recargar los mantos acuíferos. Y a esto se suma la contaminación del agua y del aire, que pone en riesgo el equilibrio de los ecosistemas y la salud humana (daños fisiológicos y genéticos).
Las enfermedades pulmonares por contaminación del aire afectan a casi 20 millones de personas, y la atención a padecimientos como la enfermedad pulmonar obstructiva crónica y el cáncer pulmonar cuesta al sector salud 29 mil millones de pesos anuales.
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