Se han encontrado ejemplares muertos en costas de Inglaterra, Alemania, Holanda, India y México
El cambio en la temperatura de las corrientes podría estar alterando a estos mamíferos
En lo que va de 2016, más de una centena de mamíferos marinos han sido encontrados varados o muertos en las costas de distintos lugares del planeta sin que se conozca a ciencia cierta cuáles son las causas, aunque los expertos no descartan su relación con el fenómeno meteorológico de “El Niño”.
Sobre las playas de Alemania, Holanda e Inglaterra se encontraron los restos de 14 cachalotes, cinco de ellos con señales de haber muerto tras horas de infructuosa lucha por liberarse; asimismo, una centena de ballenas piloto murieron al Sur de India y siete ballenas grises y una jorobada quedaron encalladas en diferentes puntos de Baja California Sur.
En Europa, grupos de veterinarios analizaron a los cetáceos muertos, de entre 10 y 15 metros de longitud, para tratar de esclarecer si su comportamiento debido a que no es habitual la presencia de estos cetáceos. Por su parte, en India, las autoridades desconocen la causa de estos fenómenos ya que según registros locales, la última vez que ballenas aparecieron en esa zona fue en 1973.
En México, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) reportó que el cuerpo de una ballena jorobada fue hallado en Playa Almeja, en la costa Este de Ensenada, Baja California Sur, mientras que siete ballenas grises vararon a la orilla de la Laguna Ojo de Liebre, en el mismo Estado. Ambas especies están enlistadas en la categoría de “protección especial”.
Los especialistas adjudican el curso migratorio de los mamíferos a la alteración de la temperatura de las corrientes oceánicas conocido como el fenómeno de “El Niño”. Aunque también, efectos parecidos, producto del cambio climático, podrían estar influyendo en los cetáceos, sobre todo en los océanos Atlántico e Índico.
Otras posibles causas podrían ser la topografía compleja de las costas, los cambios bruscos en las condiciones oceanográficas, disturbios geomagnéticos, accidentes en la persecución de presas o escape de predadores, efectos de toxinas naturales, efectos de polución antrópica y contaminación sonora.
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