El entusiasmo efímero de la compra de un animal de compañía ocasiona su abandono si no se toma la decisión con planeación.
“Pues ya se va”, dijo el colono de Lomas Boulevares cuando los empleados del Antirrábico tocaron a su puerta para llevarse a la perra pastor alemán que vivió junto con él por cinco años. Posteriormente bajo la autorización del dueño, entraron en su propiedad para lazarla y subirla a la camioneta junto con, por lo menos, otros diez perros de diferentes razas, y criollos también. En la que hasta ahora había sido la familia de Loba, todos sabían que se iba, menos ella, aunque sus agudos sentidos de animal le decían algo, pero sin saber exactamente qué. Poco a poco, la camioneta se fue alejando de aquélla casa a la que Loba había llegado hacía apenas tres años, siendo cachorra, en una Navidad.
Pasando la emoción del regalo navideño, Loba necesitó más espacio. Ladraba molestando a los vecinos cuando la familia salía de paseo. Necesitaban comprarse más croquetas; vacunas; veterinario. Los niños regresaron a clases y no hubo quién jugara con ella durante el día. Cuando olía mal, nadie quería bañarla y era demasiado inquieta porque no la sacaban a pasear. Su costumbre de defecar y orinar en la casa llevó al fastidio a la familia, aunque en ella nadie se dedicó a educarla; nadie quiso la responsabilidad, especialmente los niños. Loba se volvió «maleducada», y eso le mereció el castigo de que se le encerrara en el patio, donde se comió los cables de los aparatos que no se usaban; rayó la puerta, y rompió papeles. La paciencia terminó. Con desesperación incluso le han pegado. Ya no come a sus horas. Su plato de agua, a veces, está vacío. Duerme a la intemperie o vive en la azotea. “Pues ya se va”.
De acuerdo con la Secretaría de Salud, las Delegaciones y las Jurisdicciones Sanitarias, la cifra de perros capturados tan sólo en el D.F. durante el 2008, cerraría en 62,672. Este mismo estudio reveló que 59,113 de ellos fueron sacrificados, mientras sólo 3,137 fueron devueltos a sus dueños.
“En México la tenencia responsable de animales de compañía es muy baja, los perros que se matan en los Antirrábicos es alarmante debido a que, por lo general, la gente los adquiere sin responsabilidad y planeación, ya que un perro se convierte en parte de la familia y cuando ésta se ve envuelta en cambios o simplemente se termina el deseo de tener un animal en casa, la responsabilidad adquirida se soluciona con la errónea decisión de mandar al Antirrábico al animal, donde la mayoría de las veces las personas ignoran los métodos crueles con los que se matan; de regalarlo a conocidos igualmente irresponsables; o echándolo a la calle”, indicó César Ortiz Ramírez, activista independiente por los derechos de los animales del grupo civil Misión NaturalezAnimal, en entrevista con Mi Ambiente.
También están los más afortunados que son rescatados por alguna sociedad protectora de animales, donde los ponen en adopción o los matan sin tanto sufrimiento. Son los cachorros de la Navidad pasada. Perritos cuyas vidas no tuvieron más valor que el que se le da a un juguete o a un animal de peluche. Esos amorosos cachorros que fueron el regalo más esperado, pero que después de unos meses se convirtieron en una molestia. Además de las tristes vidas que llevan los miles de perritos que se regalan, el carácter comercial de la Navidad hace que en esa época florezcan las granjas de perros. Esas granjas no son otra cosa más que empresas que producen cachorros para vender en grandes cantidades, sin importarles la salud física y mental de las crías ni de sus madres. Las madres de esos perritos pasan toda su vida encerradas en recintos muy pequeños, sin ningún tipo de cuidados. Por eso, muchos de los animalitos que se regalan en Navidad están enfermos.
Al respecto, Penélope Hoyo, vocera de APASDEM (Asociaciones Protectoras de Animales de México), organismo que coordina a más de 51 agrupaciones pro animal a lo largo del país, indicó, “a la gente le da por pensar que los animalitos son el regalo perfecto. Sabemos bien que el entusiasmo por ellos, en la mayoría de los casos, es efímero y responde a un impulso irracional provocado por la desinformación y el marketing de tiendas como Maskota y otras que lucran con la compasión y la compra de impulso de las personas”.
La venta ilegal agrava la situación, tanto la que se realiza en las calles como en internet, ya que no existe una regulación debido a que éstos se anuncian como la venta de una propiedad, que resulta ser más barata en comparación con los precios de establecimientos autorizados de acuerdo a la raza, ya que un ejemplar a través de la red cuesta 4 veces menos que en las calles, y 8 en un establecimiento legal.
Ante esta situación, tras la presión de diferentes Asociaciones Protectoras de Animales (con carácter jurídico e independiente), y sociedad civil, se realizó el 31 de octubre del año en curso una reunión convocada por Joel Jorge López Ortega, quien funge como coordinador de Municipalización del PRI en el Estado de México, para, en conjunto con las Asociaciones y activistas independientes, revisar y analizar el Código de Biodiversidad del Estado de México, para posteriormente reformarlo, ya que de acuerdo a la información generada durante el encuentro, el Código tiene lagunas que provocan que este tipo de fauna doméstica, sean víctimas de crueldad en la que se violentan sus derechos de diferentes formas; a través del maltrato, del abandono, y de violencia, entre otras.
El proyecto de reforma del Código de Biodiversidad tiene como objetivo contar con un ordenamiento jurídico específico para el control de la sobrepoblación animal y maltrato a los animales, que concrete estrategias de responsabilidad de autoridades, propietarios, poseedores y comerciantes, acorde a las necesidades y circunstancias actuales de las comunidades, con su correcta aplicación, vigilancia y sanciones. En palabras de César Ortiz Ramírez, asociaciones y sociedad civil darán seguimiento al proyecto hasta obtener resultados.
“Situaciones comunes de abandono y maltrato se pueden prevenir cuando la decisión de comprar un perro cachorro o adulto es planteada con tiempo y responsabilidad, pues se debe considerar el espacio donde vivirá el perro y quienes lo sacarán a pasear y/o educarán. De qué tamaño será conforme a los espacios con los que se cuentan y cómo se cubrirán sus gastos de manutención, así como los que deben cubrirse cuando se necesite un veterinario. También debe tomarse en cuenta si alguien tiene alergias en casa o no está de acuerdo con tener un perro y/o cuidarlo, ya que si tan sólo un miembro de la familia se opone, se pueden propiciar los problemas entre ellos”.
Asimismo, el activista de Misión Naturalez Animal recomendó la adopción de un animal de compañía en lugar de la compra, ya que de esa manera se le puede ayudar a un perro o gato abandonado y disminuir al mismo tiempo la sobrepoblación, pues las ssociaciones cuentan con miles de animales de compañía en busca de hogar que se esterilizan desde el momento que llegan al albergue, y de esa manera, evitar su reproducción indiscriminada.
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