Activistas de Greenpeace acudieron a las oficinas corporativas de Grupo Bimbo para entregar información a los trabajadores de la empresa, sobre la forma en la que el modelo de agricultura industrial que abastece a la marca está dañando la salud de las personas y el medio ambiente, e invitarlos a sumarse a la petición que han firmado más de 25 mil personas para que la panificadora más grande del mundo se comprometa públicamente a transitar hacia la agricultura ecológica.
Alrededor de 30 integrantes de la organización ambientalista desplegaron una manta con la leyenda “Por la salud de tus consumidores y el planeta #BimboTeEstamosEsperando” y explicaron a la gente que la empresa utiliza ingredientes que en su cultivo emplean plaguicidas y fertilizantes sintéticos en exceso, algunos de ellos altamente tóxicos para la salud de los agricultores, además de que esas sustancias erosionan la tierra y contaminan el agua.
“Tras casi un año de haber comenzado el diálogo con la empresa, estamos aquí para decirles que miles de personas están dando seguimiento a sus acciones; que estamos esperando que se comprometa públicamente con la agricultura ecológica impulsando este modelo en el país, para ofrecer alimentos de mejor calidad al 99% de los hogares mexicanos que consumen sus productos”, dijo Sandra Laso, vocera de la campaña, Comida Sana, Tierra Sana de Greenpeace México.
Recientemente Greenpeace reveló la presencia de compuestos peligrosos en ríos, drenes, lagunas y el mar cercanos a los campos de cultivo de maíz de Sinaloa, donde se obtienen los granos para la elaboración de ingredientes como el jarabe de alta fructuosa, almidones y harinas, que Bimbo utiliza en la elaboración de su mercancía.
Entre los hallazgos de la investigación destaca la presencia de Endrín, sustancia prohibida en México por su alta peligrosidad, que forma parte de la “docena sucia” de plaguicidas por alta toxicidad; además se encontraron 4 compuestos que están prohibidos para su uso en otros países pero que la legislación mexicana sigue permitiendo, tal es el caso del glifosato, el herbicida más utilizado en nuestro país que en 2015 fue catalogado por la Organización Mundial de la Salud como probable cancerígeno, que ya ha sido prohibido en al menos 6 naciones; así como 12 sustancias más, de las cuales 7 son altamente persistentes en el ambiente y 5 altamente tóxicas.
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