Siria estuvo bajo la dictadura militar de Assad por 40 años, era un régimen militar que mantenía el orden a través del miedo, es una región que se ha tenido que defender de la invasión y de las guerras constantes de Irak, Israel, Jordania, Líbano y Turquía (todos vecinos); el dictador era hábil y temido con capacidades de negociación impresionantes, se le conocía como el líder de Medio Oriente.
Este panorama plantea una Siria de bajos derechos civiles, con problemas de Estado de Derecho, atraso económico que se refleja en las condiciones de vida para su sociedad, un sistema donde la corrupción es la única forma, una región llena de minorías por diferentes razas y por diferentes religiones… ¿nos suena familiar?
Bien, pues ahora Assad ha muerto y su hijo, Dr. Bashar, ha tomado su lugar; con educación en el extranjero puede ver que su país no tiene porque estancarse en el viejo régimen, y en lo que lleva de su gobierno ha levantado a Siria en muchos sentidos: nacionalizó la banca, fomentó la inversión extranjera, promovió atracciones turísticas, permitió el regreso de los expatriados, lentamente permite la apertura de información, invierte en infraestructura; tiene proyectos de educación y de cuidado a los trabajadores…
Con esto no pretendo poner a Siria como el nuevo país modelo; reconozco que se mantiene como un sistema no democrático, que infunda el miedo, carente de muchas libertades, etc., pero en el que podemos observar la mejora, el camino pasito a pasito a una sociedad involucrada y educada, en el que podemos ver que las cosas pueden y deben de cambiar; y que nosotros que si contamos con apertura de información y libertades debemos demandar un cambio de raíz, una reforma de Estado. r
Comentarios Cerrados