México aún se encuentra rezagado en la inversión para la generación de conocimiento científico, tecnológico e innovador. Ejemplo de esto es que en 2010, ocupó el penúltimo lugar entre los países de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) que menos recursos invierten en el rubro, alcanzando 0.46% del PIB en ese año.
Lo anterior lo señala el estudio “La transferencia de la I+D, la innovación y el emprendimiento de las universidades”, que analiza la situación del Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (SNCTI) en Iberoamérica y que fue realizado en conjunto por Universia y el Centro Interuniversitario de Desarrollo (CINDA); el informe menciona que, aunque hay apoyo por parte de instancias de gobierno y universidades, entre 2000 y 2012 el sector empresarial público y privado fue el único que incrementó su participación como agente financiador de ciencia, tecnología e innovación en el país.
De 2000 a 2005, la ejecución de gasto de empresas pasó de 29.6% a 46.9%, sin embargo disminuyó para el 2012 llegando a 43%; contrario a la ejecución de gasto de gobierno que se ubicó en 30.3% en el mismo año. El apoyo por parte del sector empresarial llevó a México a ser el país iberoamericano donde se movilizó la mayor cantidad de recursos para innovación y desarrollo en 2005.
Dentro del estudio, el capítulo referente a México, realizado por José Villa, ex director del Instituto Politécnico Nacional (IPN) y ex director general del Consejo Nacional de Ciencias y Tecnología (CONACYT), también señala que el país ha hecho un esfuerzo por conformar una masa crítica capacitada en áreas científicas y tecnológicas y puntualiza que de 2000 a 2012 el recurso humano que desarrolla actividades de I+D se amplió casi 100%, al pasar de 40,545 a 79,074 personas, sin embargo, el número continúa a la baja respecto a la cantidad de investigadores por Persona Económicamente Activa (PEA), que en 2012 se situó en 1 por cada 1,000 PEA.
La falta de apoyo también se refleja en las patentes (principal indicador para medir la capacidad innovadora), ya que las solicitudes de registro mantienen un ritmo lento si se comparan con el tamaño de la economía; entre 2000 y 2010, presentaron un incremento de 11.6%, de 13,061 a 14,576, para quedar en 15,317 al 2012, sin embargo las patentes otorgadas ese mismo año fueron 12,330.
Del mismo modo, la tasa de dependencia tecnológica del país en 2012 se posicionó en 12.2% lo que refleja que México sigue siendo dependiente de las innovaciones extranjeras y, comparando esta tasa con la producción científica nacional, el estudio refiere que el conocimiento generado por el SNCTI no ha impactado en el desarrollo económico, lo que hace necesaria una mayor vinculación entre gobierno, universidades y empresas.
Ante esta necesidad, el informe propone como solución la vinculación del sector financiero con el productivo, la ciencia, tecnología y emprendimiento, es decir mayor relación con las universidades, centros de investigación y organismos gubernamentales. Los proyectos que se realizan desde Universia y Santander Universidades, por ejemplo, el Premio Santander a la Innovación Empresarial que durante 10 años ha apoyado a cerca de 15 mil jóvenes mexicanos con más de 16 millones de pesos en financiamiento además de asesoría, capacitación, becas de movilidad a universidades cuna de emprendedurismo, etc.
Acciones como estas han marcado una pauta para mejorar la vinculación entre universidad y empresa, lo cual se inserta en los compromisos alcanzados en la Carta Universia Río 2014, consensuada con la participación de más de 1,100 rectores a nivel Iberoamérica.
La carta señala que, siendo las universidades las principales generadoras de conocimiento científico que aportan a una mayor productividad y competitividad económica al país, deben de fortalecerse los lazos universidad-empresa mediante vinculación e impulso de programas dedicados a apoyar el emprendimiento y la innovación, así como un mayor financiamiento por parte de las empresas privadas para la mejora de la gestión a sistemas nacionales de ciencia y tecnología.
Siendo la falta de financiamiento en el sector el problema principal del poco avance en el país, el estudio también sugiere que México fortalezca la inversión en este rubro mediante mecanismos que incentiven la participación de empresas con el fin de lograr que la innovación se convierta en un factor indispensable para la competitividad, productividad y el desarrollo óptimo del país.
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