En Ambiente

Gárgolas II

depre934En la bella e interesante investigación del arquitecto Luis Ortiz Macedo, “Palacios nobiliarios de la Nueva España”, en su tercera edición del 30 de noviembre del 2009, UNAM 2 en su página 66, el autor precisa: “… Siempre los espacios se cubrieron con techos planos, con ligeras inclinaciones en la planta superior, para ayudar al desalojo de las aguas pluviales, las cuales se precipitaban hacia los patios o calles por medio de gárgolas o botaguas en piedra, prolongadas por tubos de barro…” para añadir en la página 156 correspondiente al Palacio del conde de Santiago Calimaya: “…Tradicionalmente este palacio ha sido llamado por el pueblo la Casa de los Cañones, debido al tipo de gárgolas en forma de pequeños cañones que sobresalen bajo la cornisa principal y para cuya colocación sus nobles propietarios debieron pedir licencia real…” Dato ampliado en la página 172 referente al Palacio del conde de Torre Cossío: “… La cornisa superior se quiebra de manera inusitada por la aparición de largas gárgolas situadas al mismo nivel de aquella, resueltas en forma de fuste de cañón. Cabe mencionar que sólo éste y el palacio del conde de Santiago de Calimaya poseen gárgolas de tal forma, cuyo uso debía ser autorizado por la Corona a sus propietarios…”. por su belleza es necesario destacar los botaguas colocados en el patio interior en el palacio citado inicialmente (el de los condes de Santiago de Calimaya), a éstos los forma un caño hexagonal “montado” sobre una ménsula repetida —cuatro por lado— un rostro humano barbado y aleonado. A partir de 1964 albergó temporalmente al Museo de la Ciudad de México (Pino Suárez y República del Salvador), desmantelado posteriormente dados los daños infligidos por las obras de acondicionamiento y por las obras profundas del Sistema de Transporte Colectivo (Metro). A un lado del portón principal del palacio de los condes de Torre Cossío (Uruguay 90), hay una placa en cerámica firmada por la Dirección de Monumentos Coloniales y de la República que informa: “Casa del Conde de la Torre de Cossío edificada a fines del siglo XVIII en parte del solar que ocupó la casa de Don Juan Manuel de Sotomayor conocido por Solórzano.”. Éste es el mismo don Juan Manuel del que habla don Luis González Obregón en su “Las calles de México”3 , personaje colonial inserto en la historia con ramaje en la leyenda de la gran ciudad.

En Tepetongo, Zacatecas, el convento de San Juan Bautista —anexo al templo del mismo nombre y obra del alarife zacatecano Dámaso Muñetón cuyo cuerpo colocaran al lado derecho de la entrada al templo— posee una serie de figuras de perritos labrados en piedra.

Las gárgolas —en la historia arquitectónica— son un elemento con doble función que hablan del momento histórico, del poderío de los propietarios, de la cultura predominante y de las aspiraciones en la jerarquía social de su momento personal y colectivo. Gárgola. (del b. lat. gargula). Parte final, por lo común vistosamente adornada, del caño o canal por donde se vierte el agua de los tejados o de las fuentes.4

 

1“El gótico”. © 1998 Könemann Verlagsgesellschaft mbH.
2Con apoyo de la Facultad de Arquitectura de la UNAM, el Instituto Nacional de Bellas Artes, Conaculta, la Universidad de La Salle, el Seminario de Cultura Mexicana y la Universidad Anáhuac.
3“Las calles de México”. Luis González Obregón. Editorial Porrúa, S. A. “Sepan cuántos…” número 568, © 1995, páginas 23 a la 26.
4Real Academia Española, 22ª. edición, 2001.

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