En la página 90 de la reedición de 1979 por el Banco de México basada en la edición original de la Secretaría de Hacienda de 1924 de Iglesias de México, en el volumen I correspondiente a “Cúpulas”, con textos y dibujos del Dr. Atl (Gerardo Murillo Cornado, 1875 – 1964) acompañados con fotografías de (Carl Wilhelm) Guillermo Kahlo (1871 – 1941): “Cúpula de la Compañía, Puebla. Este tipo, llamado generalmente de rincón o de arco de claustro, presenta aquí modificaciones ornamentales muy importantes que le dan un carácter muy especial. Ornada con dibujos geométricos hechos con azulejos, la cúpula está reforzada con botareles barrocos y ornada con ventanas del mismo estilo. Su conjunto es muy elegante y revela una de las formas más curiosas del barroco poblano. Denominación: cúpula de rincón de claustro. Estilo: barroco policromo poblano.”
La Compañía de Jesús (Societas Jesu o Societas Iesu, siglas: S. J. o S. I., según sea el caso), por lo general conocidos con el nombre de “jesuitas”, es la orden religiosa de la Iglesia católica fundada en 1539 por San Ignacio de Loyola, junto con San Francisco Javier, el Beato Pedro Fabro, Diego Laínez, Alfonso Salmerón, Nicolás de Bobadilla, Simão Rodrigues, Juan Coduri, Pascasio Broët y Claudio Jayo en la ciudad de Roma, aprobada por el Papa Pablo III en el año de 1540.
Los representantes de la vigorosa orden religiosa de los jesuitas llegaron a la pequeña isla de Chalchicueyecan o Chalchichuecan (hoy San Juan de Ulúa Veracruz), primera marca oriental de la entonces Nueva España, el 9 de septiembre de 1572 y llegaron a la Ciudad de México el 28 del mismo mes.
De la obra jesuita en Nueva España quedan, de entre infinidad de obras materiales, en el ahora Estado de Baja California Sur un liniero de 22 misiones y en la bella ciudad de la Puebla de los Ángeles el complejo de la Iglesia de la Compañía (en realidad lleva la advocación del Espíritu Santo) y el Real Colegio Carolino (Universidad Autónoma de Puebla). En la antesala de la sacristía, empotrada en la pared, una lápida indica el sepulcro de Catarina de San Juan —niña esclava cuyo nombre original era el de Mirnha—, princesa de estirpe mongola nacida en Indra Prastha traída de la India a Puebla a través de Manila, Filipinas, bautizada con el nombre de Catarina de San Juan, cuya vida —entre la leyenda y la historia llena de contrastes— fija el modelo de vestimenta mestiza de la “China Poblana”. Hasta donde es posible afirmarlo, Mirnha vivió en la pequeña casa al costado norponiente según se mira la fachada de la imponente Iglesia jesuítica.
“… La iglesia cuenta con tres puertas que constituyen el gran pórtico, con bellas rejas de hierro forjado y cinco arcos. El arco central, muy curioso, tiene forma de trébol con prolongaciones en los puntos donde se remata. En el centro de la fachada, se aprecia el escudo de la Compañía de Jesús, formado por una corona de ramas de vid y laurel…” primer punto de vista que corona la bellísima cúpula de base cuadrangular de la Iglesia, la empresa arquitectónica de mayor importancia en el espacio poblano durante el siglo XVIII.
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