En México la industria cervecera tiene un valor de mercado aproximado de 22,350 millones de dólares, lo que representa entre 0.3 y 0.6% del Producto Interno Bruto (PIB) del país. Se estima que se produce un volumen de 125 millones de hectolitros al año, lo que coloca a México como el sexto productor a nivel mundial de cerveza de acuerdo con la Asociación de Cerveceros de México.
Sin embargo, poco se sabe las distintas compañías que ayudan a hacer posible esta producción, en este caso se tiene la conexión comerciales entre Siemens y la industria cervecera que inició con soluciones de automatización basadas en controles electrónicos desde principio de los años 70.
A partir de 1973, los controles cada vez más complejos de Siemens se utilizaron para la automatización del proceso de producción, comenzando con el controlador industrial, Simatic. En 1997 se vio el lanzamiento de un nuevo sistema de control de proceso “Braumat” – combinando la palabra alemana “Brau” para la cervecería con la “automatización” – el cual fue inscrito como marca registrada protegida. El primer sistema de automatización basado en control para los cerveceros y las recetas de la elaboración de la cerveza conquistó el mercado.
Desde entonces BRAUMAT se ha posicionado mundialmente como el sistema más empleado por productores internacionales. Esto permite lograr que millones de hectolitros sean fabricados con los mismos estándares de calidad y de sabor al mismo tiempo que hace más eficiente los ciclos de producción: la clave del éxito para la competitividad en la industria.
Iván Pelayo, Vicepresidente de la División Digital Factory y Process Industries and Drives de Siemens, dijo que “el 70% de las cervecerías en México han sido automatizadas a través de nuestra tecnología avanzada para el proceso llamado BRAUMAT”,
Ahora, con el desarrollo de la industria 4.0 en México, o la integración de soluciones de IT y software en el mundo industrial, la producción de cerveza se ha incrementado. Con tecnologías digitales es posible gestionar y visualizar simultáneamente diversas áreas del proceso, desde la fábrica y la bodega, hasta los procesos de filtración y fermentación, de tal forma que todas las áreas involucradas pueden ser monitoreadas a través de una interfaz, permitiendo a los productores supervisar y controlar de manera sencilla las válvulas, bombas y los reguladores.
Añadió que “con esto, también es posible localizar y remediar rápidamente las fallas, pues el sistema permite que millones de hectolitros sean producidos manteniendo el mismo sabor y calidad, lo que también ha llamado la atención de los productores artesanales”.
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