Durante el panel de debate: “Violencia y seguridad ciudadana”, realizado como parte de las actividades de la Conferencia Latinoamericana y Caribeña de Ciencias Sociales, los participantes afirmaron que el Estado no ha mostrado interés en garantizar una verdadera seguridad a la ciudadanía, dejando esta labor en manos de la policía.
En dicho panel se presentó el estudio: Violencia juvenil en América Latina, realizado por El Colegio de México y el Centro Internacional de Investigación sobre el Desarrollo (IDCR por sus siglas en inglés) y coordinado por el académico Arturo Alvarado, el cual concluye que los jóvenes de entre 15 a 24 años son los más afectados por la violencia.
En tanto que México ocupa el tercer lugar en asesinatos después de Brasil y Colombia, y seguido de Guatemala y Argentina. Tan solo en México, entre el 2000 y el 2008 fueron asesinados 36 mil 444 adolescentes y jóvenes, lo que representa en promedio 4 mil 500 asesinatos por año, enfatizó.
Sobre el caso particular de México, Úrsula Alanís del Centro de Estudios Sociales de El Colegio de México (COLMEX), afirmó que si realmente se quieren resarcir los daños y darle un toque positivo a la guerra contra el narco, se debe atender a situación de violencia que prevalece en Ciudad Juárez, Chihuahua. Destacó que la tasa de homicidios en Ciudad Juárez se disparó en 2007 hasta un 700%, tras la entrada en vigor del operativo Chihuahua derivado de la guerra contra el narco.
Alanís indicó que los jóvenes son víctimas de este fenómeno de violencia y que no ven distinción entre la generada por la policía y la generada por los grupos del crimen organizado, quienes incluso ejercen una gran presión sobre ellos para integrarse a los distintos grupos criminales que operan en la región.
La inseguridad la violencia y el desempleo, dijo, siguen siendo los tres problemas más graves que perciben los jóvenes en su ciudad y ante la falta de garantías por parte de los cuerpos de impartición de justicia, encuentran en sus colonias y barrios un refugio seguro.
Por otra parte, Cesar Barreira, investigador en temas de violencia, democracia y seguridad en Brasil, indicó que la mayor parte de los casos de tortura y violación de los derechos humanos se enfocan a los jóvenes, a los pobres, a los negros y a los habitantes de la periferia de las grandes ciudades.
Por ello afirmó que la erradicación de las prácticas autoritarias por parte de los cuerpos de seguridad del Estado no está ni siquiera en la agenda de discusión y sólo sale a la luz en campañas políticas como parte del discurso de los candidatos que las utilizan como moneda de cambio.
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