El “Corredor Cultural Chapultepec” (CCC) no resuelve los problemas que aquejan a la Avenida Chapultepec ni corresponde con el diagnóstico que lo impulsa. Los beneficios ambientales son cuestionables y los beneficios sociales y culturales que se buscan catalizar son pobres, esto fue indicado en conferencia de prensa por la organización ambientalista Greenpeace.
Resaltó la falta de congruencia entre el discurso y las acciones del Gobierno del Distrito Federal (GDF), queda al descubierto ya que por un lado se refiere a la importancia de la democracia, la participación y cohesión social, la sustentabilidad y la movilidad, y por otro intenta imponer un proyecto como el CCC, que está más cerca de la improvisación que de la planeación integral del desarrollo de la ciudad.
Tras realizar una revisión de la información ofrecida por la Agencia de Promoción de Inversiones y Desarrollo para la Ciudad de México (ProCDMX) a esta organización, informó que:
1- El proyecto dice tener como objetivo contribuir con la consolidación de la VISIÓN CERO plasmada en la Ley de Movilidad y el nuevo Reglamento de Tránsito. Sin embargo, contrario a lo que sucede en otras ciudades del mundo en donde las medidas de intervención en calles y avenidas de alto flujo de gente se busca equilibrar el espacio destinado a peatones, bicicletas, transporte público y automóvil particular, el proyecto quita al peatón de la calle desvirtuando la definición de “calle completa” y socavando los esfuerzos para fomentar una movilidad más sustentable.
2 – En cuanto a fomentar la MOVILIDAD SUSTENTABLE, el concepto a materializar escogido por el Gobierno de la Ciudad de México –pisos peatonales y comercios elevados- tiene poco impacto significativo en la reducción del uso individual del automóvil. El mismo estudio sobre movilidad encargado por ProCDMX alerta que aunque se construya una línea de Metrobús –no contemplada en los planes de extensión de ese modo de transporte público hasta donde se sabe ni el proyecto financiero de ProCDMX- la satisfacción de la demanda de viajes a esa zona será insuficiente a corto y largo plazos (a 2022 y 2042 respectivamente).
3 – Llama la atención que el proyecto busque extender el PULMÓN VERDE de la ciudad mediante la instalación de cajetes o macetas de gran porte en segundos y terceros pisos. Si bien las azoteas verdes son deseables en los techos de los edificios para regular la temperatura y combatir la contaminación del aire en las ciudades, usarlas como justificantes de la extensión del Bosque de Chapultepec o como atractores de aves y otras especies no tiene sustento serio. Para ello sería necesario contar con amplias extensiones de suelo, y árboles y vegetación no de maceta sino de otras características que además cumplan funciones de captura de carbono y de infiltración de agua al manto freático de la ciudad a fin de que realmente exista un beneficio ambiental y no sólo decorativo.
Gustavo Ampugnani, líder del proyecto de Megaciudades de Greenpeace México, dijo que “hoy por hoy la Ciudad de México cuenta con infinitas oportunidades para hacer de ella una megaciudad sustentable. No obstante, la proliferación de proyectos del estilo del Corredor Cultural Chapultepec, aislados, fragmentados y motivados principalmente por la búsqueda de ganancias comerciales no hacen más que desaprovecharlas y retrasar aún más la transformación de la ciudad en un sistema urbano más verde, equitativo y humano”. Sobre las imágenes utilizadas por el GDF para publicitar el CCC, Greenpeace considera que inducen a la confusión. Por último, la justificación cultural de la necesidad de construir el CCC también queda coja al ser esa zona de la Ciudad con mayor oferta cultural y de recreación con museos, casas de cultura, auditorios y salas de concierto.
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