En el marco del Día Internacional de la Madre Tierra tenemos la oportunidad de levantar la voz y resaltar la interdependencia entre los seres humanos y la gran variedad de especies con las que cohabitamos. Es vital hacer conciencia de que, de continuar con los mismos hábitos de producción y de consumo que como humanidad hemos mantenido por años, en muy poco tiempo los recursos del planeta serán insuficientes para sostener a las sociedades.
Actualmente somos 8 mil millones de personas habitando la Tierra, enfrentando retos importantes, tales como la escasez de agua global, la disminución de las tierras cultivables y la degradación de los suelos. Éstos son un recordatorio constante de que los recursos naturales de este planeta tienen un límite y que es urgente transitar a nuevas formas de manufactura y consumo.
Esta tarea requiere de la suma de esfuerzos desde distintos ámbitos: sociedad, autoridades e industria privada. Kellogg es una compañía consciente de ello, por lo que busca realizar alianzas y generar proyectos que beneficien al medio ambiente a lo largo de toda su cadena de valor.
En este sentido, el proyecto de Apoyo al Abastecimiento Responsable en México, que impulsa en alianza con el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) desde hace 6 años, promueve una relación más armónica con la naturaleza y busca consolidar un modelo de abastecimiento responsable que brinde equilibrio entre las necesidades económicas, sociales y ambientales.
“Entre todos podemos construir una cadena de valor en sintonía con el medio ambiente. Para Kellogg y CIMMYT es un orgullo impulsar proyectos como éste donde sumamos el esfuerzo de agricultores que producen más y mejor”, aseguró Víctor Marroquín, director y presidente de Kellogg México.
Actualmente el sector agropecuario es responsable del 24 % de los gases de efecto invernadero (que contribuyen al cambio climático) y del 70 % de las extracciones de agua de ríos, lagos y acuíferos; además, con cada grado que aumenta la temperatura de la Tierra, la producción de cereales se reduce aproximadamente un 5 %. Por ello, urge implementar nuevos modelos sostenibles que garanticen un menor impacto ambiental, una mayor productividad y, al mismo tiempo, beneficios al productor. Este es el caso del proyecto Apoyo al Abastecimiento Responsable que promueve la agricultura de conservación.
Está demostrado que las tierras agrícolas trabajadas de forma amable con la naturaleza no solo mejoran la productividad, sino que permiten recuperar importantes funciones ecosistémicas que contribuyen a la regulación del clima o la captura de carbono. Así como comenta Bram Govaerts, director general de CIMMYT, “México ha aportado técnicas y conocimientos que le han permitido generar un bagaje para armonizar el aumento en la elaboración de alimentos que preservan ecosistemas”.
Gracias a ello, Kellogg y CIMMYT han podido avanzar en este sentido, pues la agricultura de conservación ha demostrado beneficiar en gran medida a la Tierra y sus habitantes al hacer un uso más eficiente de los recursos. Hoy en día, cerca de 400 agricultores tienen una rentabilidad del 40 % y producirán más de 190 toneladas de maíz amarillo. Además, la calidad del grano permite generar más con menos agua, reduciendo hasta en 50 % el consumo de este recurso requerido para cultivar una tonelada de maíz; se ha realizado un óptimo manejo de agroquímicos en el 100 % de las parcelas en Sinaloa; se utiliza 54 % menos combustible para la producción comparado con prácticas convencionales; se duplicó la eficiencia en la aplicación de fertilizantes nitrogenados y se está logrando disminuir 23 % la emisión de CO2 a la atmósfera.[1], [2] Para 2030, la compañía busca impactar a un millón de agricultores para seguir generando estas mejores prácticas. Tan solo hasta el 2021 había alcanzado a 445,000 agricultores y agrónomos a nivel global.[3]
Por todo lo anterior, alineados con el movimiento mundial de las Naciones Unidas para restaurar a la Madre Tierra, Kellogg se une a la conmemoración del Día Internacional de la Madre Tierra este 22 de abril, donde no queda más que ponernos en acción: es ahora o nunca.
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