La obesidad es una de las principales causas para el surgimiento de diabetes tipo 2; no solo los hábitos alimenticios generan ambos padecimientos, sino también los contaminantes que existen en el ambiente.
Por Ana Herrera
En México alrededor de 70 % de la población padece sobrepeso y obesidad, el sedentarismo y el incremento en dietas altas en carbohidratos y grasas han ocasionado que el exceso de peso en las personas desencadene otras enfermedades como la diabetes tipo 2. Además de un cambio radical en la forma de vida, los contaminantes ambientales también ejercen presión para la propagación de ambos padecimientos.
Este fue uno de los temas que se trataron durante la quinta edición del Taller Jack F.Ealy de Periodismo Científico, realizado los días 14 y 15 de abril en el Instituto de Investigaciones Biomédicas (IIB) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
De acuerdo a la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en los últimos 30 años en México se consumen 25 kilocalorías más por día. A pesar de que existe una disminución en el consumo de leguminosas, cereales y leche, existe un aumento en el consumo de aceites vegetales y de carne.
Aunque el factor alimenticio es esencial para conocer los orígenes de la epidemia de obesidad que afecta a nuestro país, y al mundo entero, también hay factores ambientales que representan formas alternativas de abordar la problemática.
Las sustancias denominadas contaminantes orgánicos persistentes (POPs) alteran funciones hormonales y metabólicas que impactan en el organismo. Éstas se encuentran en desechos industriales, farmacéuticos, agrícolas y en algunos productos de uso común como el teflón que se usa en aditamentos de cocina.
Un contaminante natural de gran impacto es el arsénico, éste se encuentra distribuido en la corteza terrestre e impacta más comúnmente a través de la ingesta de agua pero también lo hace por vía respiratoria.
De acuerdo a la investigadora Andrea Sachi, la exposición al arsénico es un factor de riesgo a considerar para el desarrollo de ambos padecimientos “a mayor grado de contaminación existe más sobrepeso y obesidad”, señaló.
Lo anterior se presenta como un paradigma para el consumo de agua considerada como “más natural” debido a que proviene de regiones más profundas de la tierra que cuentan con mayor concentración de arsénico: “personas de bajos recursos que no tienen acceso al agua embotellada y que toman agua entubada tienen mayor grado de exposición al arsénico”, precisó la investigadora.
Junto a este aporte, la especialista destacó las variables que existen para determinar las causas de las enfermedades: “ no todas las personas que consumen una dieta alta en carbohidratos desarrollan obesidad. Algunas si lo harán debido a la exposición a otros factores de riesgo”.
Sachi también agregó que la población, a nivel individual, puede tomar muchas acciones que le ayuden a aminorar los factores de riesgo como llevar una dieta saludable y equilibrada, realizar ejercicio y buscar una salud mental debido a que el desarrollo de estas enfermedades está vinculado a factores genéticos y psicosociales donde el medio ambiente juega un roll esencial para la estabilidad de las personas.
La conferencia de Sachi fue la telonera dentro del primer día de actividades del taller de Periodismo Científico convocado por El Universal dentro del marco de celebraciones por su centenario. A la ceremonia inaugural asistieron el Lic. Enrique Bustamante, Director de Fundación Ealy Ortíz A.C. y la Dra. Patricia Ostrosky, Directora del Instituto de Investigaciones Biomédicas de la UNAM.
En su intervención Bustamante señaló la importancia de abordar los temas científicos en su relación con el medio ambiente y destacó que en la ciudad de México se está viviendo un “momento histórico” por los altos niveles de contaminación a causa del ozono que han activado la contingencia ambiental.
Por su parte, la Dra. Patricia Ostrosky precisó que el Instituto que dirige se encuentra conmemorando 75 años de su creación e invitó a los periodistas asistentes a sumarse a las labores de divulgación de la ciencia para hacerla parte de la cultura general de las personas.
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