La muñequita de Ely Guerra

La regiomontana Elizabeth Guerra Vázquez, mejor conocida solamente como Ely Guerra, no se sabe estar quieta; anda haciendo de todo un poquito: un nuevo disco, presentaciones, giras extensas, cocinando, entrevistas…

El jueves pasado salió a la venta una muñeca/USB de la cantante que funciona como recetario, recopilación de fotos y una que otra frase para colorear el día. La muñeca “Elys cocinera” es de edición limitada (sólo 800 piezas) y es una forma de recompensar a los fans que la siguen en todo momento.

Además, comparte con el público su segunda gran pasión: la cocina, que según entrevistas que le han hecho: Ely está segura que cocina aún mejor que de lo canta (debe de quedar deeeeeeelicioso).

La Muñequita cocinera se puede conseguir en la página oficial, la cual, por cierto, les recomiendo ampliamente (www.elyguerra.com). En ésta, te recibe un mix del último disco “Hombre invisible”, muchas cosas curiosas con gráficos muy entretenidos y una frase que cito textual:

“Está ahí, invisible, despidiendo calor. Saber que existe aún sin mirarle, sólo la fe. ¿A qué huele la fe? A confianza, a verdad, a promesa. Mi ser es mi fuerza, Mi ser invisible, Mi verdad. EL hombre que habita en mí, en todos. Es mi fuerza un corazón lleno de amor. Libre soy”

Este amor del que tanto profesa queda demostrado en acciones como su participación en “La inclusión son muchas voces” un concierto en pro de las personas con discapacidad intelectual; el cual cerró una banda llamada Keys to the Studio; banda precisamente conformada por personas con este tipo de discapacidad.

…cocinando, vendiendo muñequitas, dando entrevistas, conciertos para promoción, conciertos para beneficencia y rematando con un una nominación a los Grammys por el disco “Hombre invisible”; Grammy por el que compitió con grandes de la música como Gustavo Cerati con el disco “Fuerza Natural”

La entrega de este premio se llevó a cabo en Monterrey, su lugar de nacimiento y ciudad actualmente acechada por una ola de violencia. Ante esto Ely Guerra declaró que más que darle miedo o preocuparle algún tipo de ataque, lo veía como una posibilidad para curar la enfermedad, de información negativa, con arte.