La ONG internacional “Consejo para la Defensa de Recursos Naturales” (NRDC, por sus siglas en inglés) está liderando una campaña para que la UNESCO demande que Estados Unidos (EE.UU) haga su parte para proteger a las mariposas monarcas.
Las acciones en EE.UU., en particular el uso excesivo de un herbicida tóxico llamado glifosato, ponen en peligro a la población de monarcas que migran a la Reserva de la Biosfera Mariposa Monarca en México, designada Sitio del Patrimonio Mundial por la UNESCO hace más de una década.
Cada año millones de monarcas viajan más de 4.000 kilómetros desde EE.UU. y Canadá para invernar en los bosques de la reserva donde se agrupan en los árboles de Oyamel para protegerse del frío, cambiando el color de sus ramas a un naranja vibrante. Durante sus largas trayectorias de México hacia el norte durante la primavera, y del norte a México durante el otoño, las mariposas monarcas polinizan diferentes tipos de flores silvestres. La UNESCO ha recomendado que México, como anfitrión del Sitio de Patrimonio Mundial, proteja la zona de amenazas dentro de su territorio, como la explotación forestal y el posible desarrollo minero.
A pesar de los esfuerzos en México, la población de mariposas monarcas ha sufrido un constante descenso en los últimos 20 años debido a una combinación de factores que incluyen la pérdida de su hábitat, el cambio climático y el aumento del uso de pesticidas en EE.UU. En 1997 la población alcanzó 20 hectáreas y en 2014 bajo a 0.67 hectáreas, una reducción de más del 95 por ciento. El uso del químico glifosato en EE.UU. mata a las plantas nativas de asclepia (algodoncillo) que las orugas monarca necesitan para sobrevivir.
Aunque las poblaciones de la mariposa monarca en el oriente de EE.UU. repuntaron este año, las poblaciones del occidente disminuyeron. Según NRDC, la mariposa aún se encuentra en un estado delicado y temen que las buenas noticias del occidente sean razón para que las autoridades de Estados Unidos reduzcan sus esfuerzos para ayudar a esta especie en peligro. “Pese a este feliz aumento, el futuro de la mariposa monarca sigue siendo incierto”, señaló Sylvia Fallon, Directora de Conservación de Vida Silvestre en NRDC.
Es por eso que la iniciativa de NRDC hace un llamado directamente a la directora de la UNESCO, Metchild Rössler, y urge que UNESCO use “su influencia para garantizar que Estados Unidos haga su parte para reducir el uso de herbicidas tóxicos que matan el algodoncillo y para aumentar los hábitats de los polinizadores en la ruta migratoria de la mariposa monarca”.
Los problemas ambientales como las emisiones de gases de efecto invernadero, la sobrepesca y la contaminación del agua tienen soluciones locales e impactos globales. De modo similar, la protección de la mariposa monarca depende de las acciones locales de Estados Unidos para que no perdamos un patrimonio mundial. “Puede ser una situación inusual que las acciones de un país amenacen un Sitio de Patrimonio Mundial en otro país, pero la UNESCO debe aplicar su influencia en el país que causa la mayor amenaza no sólo en el país donde se encuentra el Sitio”, concluyó Fallon.
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