Por: Pablo Noriega Robles/Descubre el Bosque
Si amas a los animales, entonces tienes que tener marcado en tu calendario el Día Mundial de los Animales, que se celebra como todos los años el día 4 de octubre, y es una conmemoración de los humanos por y para los animales.
El principal propósito del Día Mundial de los Animales es recordar la importancia de la conservación de las especies animales en el planeta, y a la vez un gran oportunidad de concientizar a todos sobre el gran valor que tienen los animales para el ciclo natural y buen funcionamiento de los ecosistemas. En este día se realizan diferentes eventos en beneficio de los animales: grupos pro vida salvaje organizan exposiciones de información, escuelas proponen proyectos de trabajo relacionados con los animales e individuos, los grupos de amigos y compañeros de trabajo donan a beneficencias de animales o se comprometen a patrocinar a un refugio animal, además de ferias con actividades, talleres, exhibiciones y desfiles.
El día mundial de los animales se celebró por primera vez en 1931 en una convención de ecologistas en Florencia, Italia, como un llamado de atención al problema de las especies en peligro de extinción. Desde entonces se ha ampliado hasta comprender a todas las especies animales. Se celebra el 4 de octubre en específico por su relación con la tradición cristiana de celebrar a San Francisco de Asís, el primer humano que consideró, sin importar la diferencia, a todas las especies como hermanas y por ende el santo patrono de los animales.
Este día ha realizado grandes logros con el paso del tiempo, como es fue la Declaración Universal de Derechos del Animal, la cual fue proclamada el 15 de octubre de 1978 y aprobada por la Organización de la Naciones Unidas. Esta declaración establece que todo animal posee derechos y señala que el desconocimiento y desprecio de esos derechos han conducido al hombre a cometer crímenes contra la naturaleza y contra los animales. Algo muy bello de esta celebración es que no está limitada a una nacionalidad, religión o ideología política, en cambio, es muy importante concientizar a nivel mundial que debemos respetar el hábitat de los animales en vida salvaje para frenar la desaparición progresiva de las especies.
Ejemplos de especies en peligro de extinción hay muchos, pero hoy queremos enfocarnos en un caso emblemático y un habitante muy especial del Bosque Nacional El Yunque, en Puerto Rico. Como seguramente intuiste, hablamos de la cotorra puertorriqueña. Actualmente los biólogos están intentando salvar los últimos ejemplares de cotorra puertorriqueña luego de que más de la mitad de la población de aves de color verde brillante desaparecieron tras el paso del huracán María por Puerto Rico, que destruyó su hábitat y fuentes de alimento.
La cotorra puertorriqueña es el último loro nativo de Puerto Rico y una de las cerca de 30 especies de loros amazónicos que pueden encontrarse en América. Los pájaros, de frente roja y toques turquesa en las alas, pueden crecer hasta 30 centímetros (un pie) y son conocidos por su discreción y porque normalmente tienen una única pareja en su vida, con la que se reproducen una vez al año.
En el bosque tropical El Yunque, solo dos de los 56 ejemplares en estado silvestre que vivían allí sobrevivieron al huracán de categoría 4 que azotó a la isla puertorriqueña en septiembre de 2017. Debido a que el follaje de los árboles no ha vuelto a crecer desde María, esto ha permitido el asentamiento de especies invasoras aprovechando que llega más luz solar y por lo tanto muchos de los árboles grandes donde solían anidar las cotorras han desaparecido.
Lamentablemente el declive poblacional de la cotorra puertorriqueña se remonta a siglos pasados. Cuando Cristóbal Colón llegó a la isla en su segundo viaje de exploración en 1493, estas aves eran muy comunes a través de toda la isla. Esta cotorra es un ave de bosque que requiere de grandes troncos de árboles huecos para anidar. Como los conquistadores originales cortaron muchos árboles para hacer espacio para fincas, las cotorras se retiraron gradualmente a los bosques que restaban.
Durante los siglos siguientes, se cree que cerca del 85% de la isla quedó deforestada. Las cotorras solo encontraban los grandes árboles que necesitaban para anidar en el protegido Bosque Nacional El Yunque. La población de cotorras disminuyó considerablemente hasta que se aprobaron leyes que prohibían la caza de éstas.
En 1968, la cotorra se incluyó en la Lista Federal de Especies en Peligro de Extinción, comenzando un esfuerzo colaborativo para recuperar esta importante especie entre el Servicio Forestal del Departamento de Agricultura de Estados Unidos, el Servicio Federal de Pesca y Vida Silvestre, el Departamento de Recursos Naturales y Ambientales del Estado Libre Asociado de Puerto Rico y el Fondo Mundial para la Naturaleza. En suma, la continua disminución de la población de cotorras se ha debido a varios factores tanto climáticos como por la acción humana.
En el Bosque Nacional El Yunque se ha creado un aviario de cotorras administrada por el Servicio de Pesca y Vida Silvestre federal. En ésta, se incuban huevos de cotorra, se preparan los pichones que se crían en cautiverio para que puedan vivir en el bosque y, posteriormente se liberan. Aunque desde el paso de María han nacido docenas de crías tanto en cautividad como en la naturaleza, según los científicos la especie sigue en peligro de extinción.
Este Día Mundial de los Animales hacemos un llamado para concientizar lo importante que son los esfuerzos de conservación y no permitir que otras especies mueran por nuestras acciones. Así como La Tierra es nuestro planeta, también lo es en igual medida de los animales y es por eso que debemos cuidarlo por ellos y para ellos.
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