En la actualidad es necesario utilizar el agua de una manera distinta a como se ha hecho. Es un recurso limitado, cuya cantidad no cambiará, pero sí su calidad, distribución geográfica y acceso a la población. Este tema ha obligado a la industria del agua a evolucionar, y sobre todo, conocer a profundidad los tres principales retos globales a los que se enfrenta: escasez, contaminación y nuevos riesgos.
En el caso de la escasez se puede mencionar que con la explosión demográfica (habrá 10 mil millones de habitantes en 40 años), el aumento de la urbanización (66% de la población mundial vivirá en ciudades en 2050) y un cambio drástico en el estilo de vida de las clases medias (en 2015, los países emergentes representaron el 70% de la demanda mundial de equipos nacionales en comparación con el 50% en 2000), no hay suficiente agua para todos en los lugares donde se necesita.
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el 40% de la población mundial ya vive en áreas afectadas por el estrés hídrico. Un problema que empeorará, ya que en 2025 más de 1,800 millones de personas vivirán en condiciones de estrés hídrico absoluto y más de dos tercios de todos los habitantes experimentarán problemas relacionados con el agua. No obstante, existen soluciones alternativas, que incluyen la reutilización de aguas residuales y la desalinización del agua de mar.
Para ejemplificar los cambios industriales en este sector, desde el 2001, el consorcio WinGOC (Veolia 34%, Berlinwasser International 33% y VA Tech Wabag 33%) transforma las aguas residuales de la ciudad de Windhoek, Namibia en agua potable. Este proyecto, es pionero mundial, puesto que es el único lugar donde el agua potable reciclada está disponible a gran escala.
En el tema de contaminación ambiental, las invasiones masivas de algas en China, Estados Unidos y Francia ocasionadas por focos de contaminación han creado conciencia sobre la fragilidad de los recursos hídricos. Por esta razón, los responsables de la toma de decisiones deben implementar políticas firmes sobre la descarga de aguas residuales en entornos naturales, que suelen causar esta y otras problemáticas.
De acuerdo con las Naciones Unidas, más del 80% de los fluidos residuales del mundo se vierten en los cursos de agua, sin ningún tipo de tratamiento, lo que dificulta el acceso a líquido de buena calidad.
Un ejemplo de empresas que trabaja en la descontaminación, las empresas Veolia y Pražské Vodovody a Kanalizace (PVK), operador de los servicios de agua en Praga, República Checa, han creado el sistema SWiM (Smart Water Integrated Management) un proyecto integrado de gestión del agua para ciudades inteligentes, indicó Federico Padilla, Director Técnico y de Performance en Veolia México.
Sobre los nuevos riesgos, se puede mencionar que en los últimos años han surgido amenazas que tendrán un impacto significativo en los recursos hídricos en el futuro. Estos incluyen la micropolución asociada al uso masivo de nuevas moléculas químicas, por ejemplo, disruptores endocrinos, sustancias químicas capaces de alterar el sistema hormonal, tanto en seres humanos como en animales. El segundo tipo, vinculado a la inestabilidad global, es el aumento de la violencia organizada, que en algunos países se ha puesto como objetivo crítico atacar las instalaciones, cursos y redes de agua para generar caos.
Finalmente, el cambio climático. En la actualidad, el 90% de los desastres naturales están relacionados con el agua o tienen un impacto en éste. Es probable que la alteración del clima (tormentas, sequías, inundaciones costeras) aumente, lo que resultará en mayores problemas de seguridad alimentaria, energética, sanitaria y medioambiental; una situación que en última instancia conduce al riesgo de conflicto.
Asimismo, los aspectos de Gobernanza del agua han tomado mayor relevancia debido a que los retos globales descritos hacen necesario ver las políticas públicas y la relación entre los distintos agentes económicos y sociales desde una nueva perspectiva.
En ese sentido, el agua no puede considerase sólo por valor económico, ya que también es un bien ambiental y social, por lo que su gestión es más compleja. Somos conscientes de que se deben comenzar a implementar soluciones innovadoras que permitan darle una segunda vida a este recurso tan esencial para los seres vivos, y que incluya una visión sustentable, financiera, medioambiental y humana, concluyó el empresario.
Comentarios Cerrados