Todos conocemos el juego en el que uno grita: ¡Marco! y el otro responde: ¡Polo!. Pero Marco Polo es parte de la historia humana por más cosas, y bastante más significativas. Una parte es leyenda; otra es historia, pero el libro que relata de manera más cercana lo que este personaje vivió se llama “El libro de las maravillas del mundo”.
Marco Polo era hijo de mercaderes venecianos, de una buena familia. Su padre y tío habían formado una gran reputación como mercaderes al ser de los primeros en abrir rutas comerciales con Oriente y crear una estrecha relación con Kubilai Kan. Unos años después, a petición del Kan, regresan a Occidente para recolectar y presentar sus maravillas.
Así en 1271 inician las aventuras de Marco Polo, quien, junto con su padre, tío, sacerdotes y otros ajenos a esta cultura inician una de las más grandes travesías conocidas. Para llegar tuvieron que atravesar lo que ahora es Israel, Armenia, partes de Georgia y el Golfo Pérsico. Recorrieron toda la ruta de la seda, hasta que se encontraron con las tierras bajo el dominio del Gran Kan.
Ya ahí, con el tiempo, Marco Polo se volvió miembro de la corte, gozando de gran influencia tuvo la oportunidad de seguir recorriendo Oriente para cumplir con las misiones que el Kan encomendaba. Durante estos años, Marco Polo recorrió de manera extensiva. Imaginen un mapa del mundo, ubiquen Venecia, luego Israel, ahora Bombay (India), Pekín, luego Singapur, Japón, Sri Lanka… ¿se pudieron dar una idea? (o más fácil, vean el siguiente mapa), fue el recorrido de Marco Polo –por supuesto, sin avión, sin autos, muchas veces sin caminos seguros. Llegó a conocer a detalle cada lugar, sus costumbres, sus habitantes. Además, durante varios años fue gobernador de la ciudad Yangzhou, entre otros importantes puestos y responsabilidades que el Kan había puesto sobre él.
Después de muchos años, Marco Polo deja estas tierras y regresa a Occidente. Ya en Venecia, como capitán de una galera, es capturado por los genoveses. En su celda, durante los siguientes 3 años, se dedica a contar sus historias a su compañero de celda, quien resulta ser un amanuense de profesión. Todas sus historias quedan relatadas en el libro que les comenté al inicio, también conocido como “Los viajes de Marco Polo” o el “Libro del Millón” y así Marco Polo introduce, por primera vez, la belleza y complejidad del místico Oriente a Occidente.
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