A pesar de que no son palabras propias de nuestro idioma, cada vez es más común escucharlas y verlas, la gente habla de repetir mantras, algunos traen imágenes de éstas o de mandalas. De hecho, las dos palabras se parecen e, incluso, tienen un fin común, pero realmente son muy distintas.
Por un lado, los Mantras son sílabas o palabras comúnmente en idioma sánscrito que se dicen de manera repetitiva, para “conectarse” con el lado espiritual, al facilitar la meditación. Los mantras son sonidos que hacen referencia a un aspecto de la iluminación y que forman parte de los textos sagrados del hinduismo, los Upanishads; pero claro está que la persona debe de estar concentrada, tener práctica en esto e incluso un guía, gurú o lama que le permita llegar a un mayor grado de superación.
Por el otro lado, un mandala o mándala (ambos correctos) es un término que se utiliza para una serie de dibujos o diagramas circulares (inscritos en una forma cuadrangular) que representan el macrocosmos y el microcosmos. Aunque es un concepto complejo, los mandalas pueden ser dibujados por cualquiera, como método de relajación, de superación; únicamente se hacen trazos circulares, se forma una figura y se llena de cuantos colores y formas se desee, sin necesidad de mayor práctica o conocimiento.
Así, estas dos técnicas hinduistas y budistas se han convertido en prácticas populares entre la población en México, por ejemplo, cada vez es más común encontrar el símbolo o la pronunciación de “om” (el sonido del universo) o incluso “canciones” que repiten el mantra “Om Namah Shivaya” (saludos y adoraciones al Dios Shiva), o collares, libretas, playeras que contengan un mandala, pero valdría la pena conociéramos un poco más de su verdadero potencial, para no sólo portarlos sino que podamos aprovechar su fuerza.
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