Por medio de la plataforma web www.atlasnacionalderiesgos.gob.mx, se podrá saber que zonas, viviendas, negocios o terrenos se encuentra cerca de una zona vulnerable a los hundimientos, subsidencias (hundimiento verticales como consecuencia del peso de los sedimentos que se depositan de una manera progresiva) o agrietamientos.
De acuerdo con este sistema se sabe que un 3.9 por ciento del territorio de la Ciudad de México (CDMX) tiene una alta vulnerabilidad al fracturamiento, 23.6 por ciento tiene media y 35.3 por ciento baja, mientras que un 37 por ciento de la superficie no presenta hundimientos.
A partir de ahora, cualquier individuo que compre una vivienda en la Ciudad de México podrá consultar este mapeo para tomar una decisión informada.
Este sistema emerge de la investigación Análisis de vulnerabilidad física a la subsidencia, hundimiento y agrietamiento en la Ciudad de México, realizada por el Centro de Geociencias de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en colaboración por el Centro Nacional de Prevención de Desastres (CENAPRED), que servirá para ayudar a la reconstrucción de la capital del país tras el sismo del 19 de septiembre.
Carlos Valdés González, director general del CENAPRED, detalló que “el mapeo muestra que hay zonas críticas y graves en la Ciudad de México. Estos lugares que ya se tienen identificados no pueden ser arreglados, esa infraestructura eventualmente será vencida por el poder de la naturaleza. Son fenómenos que en unos casos han avanzado lentamente y en otros se han agravado, en algunas estructuras el daño es tan severo que la recomendación es abandonar esa vivienda.
Añadió que “si el hundimiento y el fracturamiento es importante o severo, las personas no deben esperar, necesitan tomar acciones y no poner en riesgo a su familia. Se podría pensar en reforzar las estructuras, pero no habrá estructura sin importar la cantidad de concreto que se le añada, que pueda resistir si se encuentra dentro de una vulnerabilidad física marcada, lo que queda es desalojar ese lugar y que se utilice ese suelo para otra cosa que no sean viviendas”.
Explicó que “yo prefiero llamarles fracturas, para que se entienda que se propagan de abajo hacia arriba, que no son fenómenos superficiales. La gente piensa que por poner una placa de cemento ya se soluciona el problema, pero estos fenómenos no tienen solución.
Por su parte, Dora Carreón Freyre, responsable del proyecto de la UNAM, dijo que “si las calles donde hay vulnerabilidades físicas son rellenadas con arcilla, cemento o concreto se hace una cuchilla que solo acrecienta el problema, esto porque son elementos rígidos en elementos de tierra suaves, son como un cuchillo en mantequilla, que con el peso de los carros y las construcciones se seguirá encajando”.
Este proyecto elevará la calidad de vida de los mexicanos al poder prevenir desastres, además de ayudar a que la sociedad informada tome las mejores decisiones para la adquisición de un inmueble.
Expuso que “el gobierno de China tiene tan solo en la ciudad de Shanghai, 34 estaciones de deformación profunda, en la que tienen pozos a 50, 100, 200 y hasta 300 metros de profundidad con extensómetros (sensores de profundidad); mientras que en México no hay ninguna, las que hemos colocado son 6 y son superficiales.
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