Hace aproximadamente dos décadas Pablo Escobar, uno de los más grandes narcotraficantes conocidos, murió mientras era capturado por autoridades colombianas. En estos 21 años, mucho se ha reformado, se ha tratado con todas las consecuencias y bienes que el Rey de la Cocaína dejó en su paso por la Tierra.
Sin embargo, en una de sus propiedades, la Hacienda Nápoles, se encontraban toda clase de animales, la mayoría realocados. Excepto un par de hipopótamos que habitaban en la Hacienda como mascotas, por la dificultad de trasladarlos. Así, lo que hace dos décadas era un problema de dos hipopótamos, hoy día se ha convertido en una plaga:
un hipopótamo se columpiaba, y como veía que la Hacienda resistía, llamó a otro hipopótamo. Una decena de hipopótamos se columpiaban…
Debido a que es altamente costoso mantenerlos y trasladarlos, al ser animales pesados y agresivos, no es fácil planear sacarlos de un ambiente donde están tranquilos. Por ejemplo, si les disparan un tranquilizador, el hipopótamo espantado, seguramente se irá al agua, donde puede morir ahogado. Además, aunque lo lograran, no han encontrado quien quiera todo un grupo de hipopótamos para mantener.
La esterilización podría ser otra respuesta, pero es costoso y sólo soluciona el problema en un futuro, no ayuda mucho a los problemas actuales que estos felices hipopótamos causan a la región. Se ha discutido la eutanasia, pero por supuesto, habría oposición de grupos pro-animales.
Por lo pronto, los hipopótamos que han hecho de la Hacienda su hogar, que no tienen depredadores naturales y que tienen toda clase de alimentos, seguirán felices, reproduciéndose sin control, hasta que la red aguante.
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