Cuando una persona fallece se pide guardar un minuto de silencio, pero ¿qué se hace cuando es necesario dar el adiós a uno de los fundadores de lo que el libro Guinness considera la banda más ruidosa del Planeta? Así es, Jon Lord del grupo Deep Purple, falleció el 16 de julio a los 71 años, tras sufrir una embolia pulmonar, por el cáncer pancreático, el cual le había dificultado la vida por ya varios años. Jon Lord era el tecladista y co-fundador de la banda inglesa, desde su formación en 1968, junto con Ian Gillan (voz), Ritchie Blackmore (guitarra), Jon Lord (teclados), Ian Paice (batería) y Roger Glover (bajo). La banda sufrió de varios cambios, descansos, separaciones, ya saben, todo el drama completo. Sin embargo, pese a todo el sube y baja que los acompañó, desde su primer disco en 1968 “Shades of Deep Purple” hasta el más reciente “Rapture of the deep” (2005), la banda logró vender más de 120 millones de discos en todo el mundo. Y cómo no lograrlo con éxitos como “Highway Star” y, evidentemente, “Smoke on the water” (1972). La cual, para aquellos que nunca han escuchado con atención esta canción, durante más de 5 minutos se relata la historia del incendio en el Casino de Montreux en la presentación de Frank Zappa de 1971.
Pero, mucho de su éxito también se debió a sus innovaciones musicales, como la hazaña de 1969 en la que fusionaron la música rock con la clásica, dando vida al “Concerto for Group and Orchestra”, álbum grabado entre la banda y la Orquesta Sinfónica de Londres en el Royal Hall. De hecho, Lord antes de incursionar en el mundo del rock se dedicaba a la música clásica, tenía intenciones de estudiar teatro, pero en 1964 se unió a la banda de blues Artwoods, siendo conquistado por el lado más obscuro (o morado) de la música. Por cierto, a pesar de que la banda tal cual ya no seguía muy activa, y contra todos los problemas de salud de Jon Lord, él seguía dando presentaciones, mantenía una cercana relación con sus fans, hasta que el tratamiento y sus consecuencias le impidieron seguir tocando, y finalmente, se despidió de los escenarios. Así es como otro de los grandes del rock se va, pero no sin antes dejar cientos de minutos musicales mágicos y muchos músicos inspirados, para continuar con el camino del rock and roll.
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