La contaminación de lagos, ríos y océanos no es noticia nueva, sabemos que la actividad humana ha ido mermando la calidad del agua, y de los ecosistemas en general. Entre las grandes preocupaciones está el desecho de mercurio, principalmente provocado por actividades industriales y mineras, como la extracción de oro.
Recientes investigaciones han mostrado los niveles de mercurio en los océanos. A través del análisis de información recolectada por 12 cruceros, muestreo a lo largo de 8 años, se pudo cuantificar la cantidad de mercurio en entre 60,000 y 80,000 toneladas, además, en aguas superficiales ha triplicado su concentración en los últimos siglos. Y se estimó que de seguir con la producción industrial actual, en los próximos 50 años se podría duplicar la cantidad de mercurio acumulada en los últimos 150 años.
Los resultados varían por zonas: el Atlántico Norte, debido a características naturales como lo son corrientes marinas, temperatura y salinidad se encuentra severamente afectado. Por el otro lado, la zona tropical del Pacífico ha sido poco afectada.
Aunque aún se desconoce el efecto que esto tiene en la vida marina, aunque se calcula que los peces contienen al menos tres veces más mercurio que en el siglo pasado. Situación que termina afectando al hombre, pues el mercurio es uno de los metales más tóxicos que existen, y el mercurio en peces la principal fuente de contaminación para el humano. El mercurio se acumula en el cerebro y riñones, lo que provoca a largo plazo enfermedades neurológicas, y otra serie de problemas en la salud.
Como parte de las acciones para evitar la contaminación de este metal tóxico, investigadores de la Universidad de Burgos desarrollaron una placa para detectar el nivel de mercurio en el agua. Simplemente se introduce la lámina durante 5 minutos y al tornarse roja se sabe que es agua contaminada.
Por supuesto, el ideal no es encontrar los elementos que nos permitan conocer qué tan contaminada está el agua, si no encontrar medidas sustentables para las actividades humanas que disminuyan los efectos negativos en los ecosistemas, que como ya se mencionó, termina afectando nuevamente al hombre.
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