La contribución de nuestro país contra el cambio climático se abordó de manera decidida durante esta administración a través del establecimiento de instrumentos y acuerdos para reducir sus emisiones de gases y compuestos de efecto invernadero (GEI), esfuerzo que ha sido reconocido a nivel mundial.
Entre los avances sobresale la reducción de las emisiones de dióxido de carbono en más de 70 millones de toneladas, además de haber aumentado en 516 por ciento la inversión en energías limpias lo que representa el mayor crecimiento en este rubro.
Cabe destacar la adopción del Acuerdo de París, negociado y firmado durante la COP 21 en diciembre de 2015, el cual establece un plan de acción mundial para limitar el calentamiento global muy por debajo de 2º C.
Dicho Acuerdo fue ratificado durante la COP 23, en 2017 en donde se propuso elevar la ambición climática y se pidió un esquema de financiamiento expedito y transparente.
Se incorporaron modificaciones a la Ley General de Cambio Climático para el cumplimiento de los compromisos adoptados en ese Acuerdo.
Se puso en marcha la Estrategia Nacional para la Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación (REDD+), que busca contribuir a la mitigación de GEI y transitar a una tasa de cero por ciento de pérdida del carbono en los ecosistemas forestales.
En diciembre del año pasado, se anunció la adopción de la Declaración sobre Precios de Carbono en las Américas, a través de la cual los países promoverán los mercados de carbono intrarregionales y estandarizarán sus sistemas de determinación de precios.
Asimismo, se cuenta con el Programa Especial de Cambio Climático (2014-2018) que incluye la atención a los Contaminantes Climáticos de Vida Corta como el carbono negro, el ozono troposférico y el metano, este último es un Gas de Efecto Invernadero, generado en las actividades del sector hidrocarburos. Tiene una vida útil de aproximadamente 12 años en la atmósfera. Su potencial de calentamiento global es 28 veces superior al del CO2 a lo largo de un periodo de 100 años y hasta 80 veces superior al CO2 sobre 20 años.
Al respecto, en noviembre de este año, la ASEA presentó los Lineamientos para la prevención y control integral de las emisiones de metano del sector hidrocarburos, con los cuales los regulados deberán adoptar las mejores prácticas internacionales mediante un programa de registro, prevención y control integral.
Además, en septiembre de este año, se entregó a la ONU la ratificación de la enmienda de Kigali al Protocolo de Montreal que tiene como objetivo controlar y reducir el consumo y producción de hidrofluorocarbonos (HFC), potentes GEI para evitar el incremento de medio grado centígrado en la temperatura global del planeta a finales del presente siglo.
Actualmente nuestra nación consume poco más de 30 mil toneladas de HFC, principalmente en sistemas de refrigeración y aire acondicionado; esto significa aproximadamente 49.6 megatoneladas de CO2 equivalente. De ahí la importancia de la enmienda de Kigali para la reducción del consumo y producción de dichas sustancias.
En el “Tercer Encuentro Nacional: México ante el cambio climático”, organizado por el Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (Instituto creado en este sexenio y único en su tipo), en septiembre de este año, reunió a especialistas nacionales e internacionales y se dio a conocer la Sexta Comunicación Nacional, en la que México hace un recuento puntual de las acciones realizadas y los grandes retos para cumplir con nuestros compromisos globales de cara a este fenómeno.
Este informe, integrado por el INECC, se entregará a la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático e incluye el Inventario Nacional de Emisiones de Gases y Compuestos de Efecto Invernadero.
Gracias a la participación de todos los sectores de la sociedad, esta administración logró ser la más ambientalista en la historia de nuestro país y seguimos avanzando para alcanzar el México sustentable que todos queremos.
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