Para calcular las repercusiones del cambio climático en la biodiversidad de México se requiere combinar distintos enfoques: modelación de distribución de vegetación y fauna, enfoques de trabajo de campo en los que se obtengan parámetros, como los censos poblacionales; experimentos en laboratorio, modelos ecofisiológicos en los que se midan los cambios funcionales que experimenta la biodiversidad ante las transformaciones ambientales, así como muestras del pasado del clima, y observaciones del día a día que permitan documentar los cambios inmediatos en un lugar, expuso el biólogo Enrique Martínez Meyer.
En México se le ha dado mucho impulso a la investigación sobre los efectos del cambio climático en el país, sin embargo, una observación del especialista es que las proyecciones presentan altos niveles de incertidumbre, pues el aumento entre 4º y 5º Celsius de la temperatura puede traer escenarios muy distintos a pesar de la diferencia de un grado entre las dos mediciones.
El investigador del Departamento de Zoología del Instituto de Biología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) comentó que para entender los cambios que estamos viviendo en las temperaturas lo más importante es estudiar al pasado, y que el cambio climático ha sido una realidad que modifica los ecosistemas desde la antigüedad.
Academia Mexicana de Ciencias, ejemplificó en este tenor que los paleoecólogos descubrieron que hace 10 mil años la zona del Petén, en Guatemala, era un bosque de pino y encino, hoy es selva. Hubo un cambio muy drástico con el aumento de 6ºC de temperatura, se presentaron extinciones de especies mientras que otras se adaptaron a los cambios y persistieron.
En el escenario actual es preocupante el cambio climático, pero quizá lo sean más otros factores asociados con la expansión humana hacia ecosistemas, así como las actividades agrícolas en las que se utilizan abonos de nitrógeno y fósforo, químicos que se depositan en la tierra, y que al deslavarse llegan a los ríos, luego a los mares y ahí ocasionan zonas sin vida marina.
El investigador dijo que “otro gran problema es la pérdida de biodiversidad en sus diferentes manifestaciones: menoscabo de poblaciones y de especies. Se ha medido la velocidad a la que se están extinguiendo especies y los datos son preocupantes, se estima que 30 mil animales y plantas en el mundo desaparecen cada año. Si lo ponemos en contexto, en México se conocen 24 mil 525 mil flores en total, es como si anualmente toda la flora del país desapareciera cada año”.
Si este ritmo continúa se espera que a finales del siglo XXI la mitad de la biodiversidad del planeta se extinga y esto debido principalmente a la transformación de los ecosistemas naturales a ecosistemas con presencia humana o antropizados, agregó Martínez Meyer.
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