Una organización no gubernamental local hizo un estudio de mercado para determinar la viabilidad de producir calentadores solares de agua en Barbados, han desembocado que diversas empresas pequeñas le apuesten a este tipo de energizantes. Lo cual ha permitido que Barbados tenga la quinta mayor penetración mundial de calentadores solares de agua por cada 1.000 hogares.
Arnaldo Vieira de Carvalho, especialista de la División de Energía del Sector de Infraestructura y Ambiente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), dijo en un comunicado de prensa a IPS que América Latina y el Caribe usan energías renovables en una proporción mucho mayor que cualquier otra región, aunque buena parte de las mismas son hidroeléctrica y biocombustibles. El uso de energía eólica y solar es ínfimo.
El BID y sus socios patrocinan desde 2009 una competencia de proyectos de energías renovables y eficiencia energética en el Caribe, cuyos ganadores reciben hasta 100.000 dólares en financiamiento y apoyo técnico. El año pasado seleccionaron ocho ganadores. Entre los criterios que pautan el concurso IDEAS figura que los proyectos de los ganadores deben favorecer a los pobres, a la igualdad de género y a las comunidades indígenas.
Un incentivo adicional para acelerar el lento ritmo del desarrollo de energías renovables, aunque la región no es una fuente importante de emisiones derivadas de la quema de combustibles fósiles, es la ola de devastadores desastres naturales de la última década.
Ulric Trotz, subdirector y asesor científico del Centro de Cambio Climático de la Comunidad del Caribe (CCCCC), recordó a IPS, a través del correo electrónico que “eventos meteorológicos extremos (a menudo asociados con el cambio climático) han causado daños significativos a la región, como por ejemplo el huracán Iván en 2004, que arrasó aproximadamente 200 por ciento del producto interno bruto de Granada”.
“De modo similar, una inundación única en 100 años arrasó en 2005 más de 60 por ciento del producto interno bruto de ese país, haciéndolo pasar de una posición de crecimiento positivo a una de crecimiento negativo real”, añadió.
A consecuencia de ello, los gobiernos caribeños empiezan a adoptar un enfoque más proactivo para promover el desarrollo de las energías renovables, estableciendo una Unidad de Energía en la sede regional de la Comunidad del Caribe (Caricom), que trabaja junto con el CCCCC.
Trotz dijo que promover las energías renovables es importante porque “al desviar costos de la importación de combustibles fósiles, los países (caribeños) tendrán recursos adicionales derivados de los ahorros para destinar a crear resiliencia ante los impactos del cambio climático y la vulnerabilidad climática”. La región no solo se está centrando en convertirse a las energías renovables, sino en la eficiencia energética, señaló.
Exceptuando a Trinidad y Tobago, que es productor de petróleo, actualmente el Caribe gasta cada año miles de millones de dólares en la importación de combustibles fósiles.
La región también buscó la ayuda de socios de la Unión Europea y lanzó el Programa Caribeño de Desarrollo de Energías Renovables (CREDP, por sus siglas en inglés) con el objetivo primordial de fortalecer la capacidad de los países del Caribe para movilizar a los inversores a fin de concretar el pasaje de las inversiones en energía convencional a las inversiones en renovables. Alemania aporta 80 por ciento del financiamiento del CREDP. Esto de acuerdo a un comunicado de IPS escrito por Jewel Fraser.
Comentarios Cerrados