Integrantes del Centro Mexicano de Derecho Ambiental, A.C. (CEMDA), se reunieron el día de ayer con el Comisionado Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), Alejandro Del Mazo, para solicitarle que, a la brevedad, sean decretadas como Áreas Naturales Protegidas el Sistema Arrecifal Los Tuxtlas (SAT), en Veracruz, y la Sierra La Giganta y Guadalupe, en Baja California Sur.
A diferencia de la zona terrestre de Los Tuxtlas, en donde existe una Reserva de la Biósfera, la parte marina carece de protección jurídica. El SAT constituye el extremo sur del importante corredor arrecifal que se ubica en el suroeste del Golfo de México, frente a la costa veracruzana. Dos de las posibles causas por las cuales el SAT carece de protección legal son la gran cantidad de cooperativas pesqueras que trabajan en la región, así como los intereses de extracción de petróleo. La zona de influencia del SAT está básicamente ocupada por campos de hidrocarburos que están siendo licitados como parte de la reforma energética.
El cambio climático y los intereses de explotación petrolera en la región están amenazando uno de los sistemas marinos más complejos y diversos como son los arrecifes de coral, donde coexisten prácticamente todos los grupos de organismos marinos existentes y, el cual, por su diversidad biológica, es sólo comparable a las selvas tropicales y los bosques de niebla, dos de los ecosistemas más diversos del planeta.
Los arrecifes son fundamentales para el bienestar de las personas y comunidades pues actúan como barrera de protección contra tormentas tropicales y huracanes. De igual forma, contribuyen a conservar las características ambientales de los ecosistemas coralinos; tienen una función cultural, relacionada con el valor estético, y las actividades recreativas y de esparcimiento que se realizan en ellos, tales como el snorkel y el buceo, sin olvidar su importancia como fuente de trabajo para muchos pescadores y de alimento tanto para Veracruz como para todo el país. La cultura veracruzana, con sus ricas tradiciones culinarias, expresiones folclóricas y la belleza de sus paisajes, no podría existir sin los arrecifes del Golfo de México.
Desde 2008 la Conanp inició el procedimiento administrativo tendiente a la creación de la Reserva de la Biósfera Arrecife Los Tuxtlas (RBAT). Sin embargo, a nueve años distancia éste no ha concluido.
En lo que respecta a la Sierra la Giganta y Guadalupe, el gobierno federal, a través de la Conanp, ha dado pasos firmes para la protección de 1.6 millones de hectáreas, al elaborar el Estudio Previo Justificativo y emitir el aviso de Decreto, el cual cuenta con una opinión favorable por parte del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH). Sin embargo, el procedimiento se encuentra detenido desde hace tres años y medio, por lo que urge concluirlo antes de que termine la presente administración.
La Giganta se extiende desde el norte del municipio de La Paz hasta el norte del estado, a la altura del municipio de Mulegé, donde toma el nombre de Sierra Guadalupe, ambas formando un sistema montañoso representativo de Baja California Sur (BCA). Los valores sociales y ambientales de esta región son incalculables: permiten la captura de agua de cuatro de los cinco municipios del estado, brindándole agua a la mitad de las comunidades y a 20% de la población de BCS. Es hábitat de especies carismáticas, algunas de ellas amenazadas, como lo son el borrego cimarrón, el venado bura, pumas y cientos de especies de aves migratorias. La sierra tiene menos de 5 mil habitantes, quienes se encuentran en condiciones de pobreza y marginación, enfrentando problemas de sequía y otros impactos ambientales negativos generados por la ganadería extensiva, la cacería furtiva y la parcelación de terrenos. En este contexto, la propuesta de Reserva de la Biósfera busca un manejo ordenado del área, donde los residentes locales sean los principales beneficiados.
Durante la reunión, el Comisionado reafirmó su compromiso de avanzar decididamente en la expedición de dichos decretos, toda vez que ésta es la vía para reforzar su protección y garantizar su conservación, amén de garantizar el derecho al medio ambiente sano de las personas.
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