Meses atrás, el mundo se escandalizó con la noticia del encarcelamiento de las integrantes del grupo Pussy Riot, quienes tras haberse manifestado al interior de una iglesia, entonando una canción punk de protesta contra el gobierno de Vladimir Putin, fueron aprehendidas y encarceladas sin posibilidad a fianza, por atentar contra la fe del pueblo ruso mediante vandalismo de odio religioso, aunque muchos afirman que tuvo más que ver con el contenido en contra del presidente ruso, resumido en la frase “Virgen María, echa a Putín”.
Hoy, después de tanto escándalo y peticiones de que las dejaran libres, aún con dos miembros en la cárcel, por otros dos años, las cuatro restantes integrantes han decidido manifestarse nuevamente, dejando por la paz la fe ortodoxa, yéndose ahora en contra de la industria petrolera.
Mediante un video disponible en YouTube, las Pussy Riot cantan “Prisión Roja” utilizando utensilios para su video: vagones, perforadoras, gasolineras, gasoductos y demás infraestructura de la empresa Rosneft, la petrolera estatal rusa. Y ¿qué dicen?, nuevamente acusan a Vladimir y a sus más cercanos, entre ellos el presidente de Rosneft, de enriquecerse ilegalmente, a costa del pueblo, mediante la empresa de petróleo. Esta ocasión, las letras dicen “Tu presidente es como un Ayatollah en Irán y tu iglesia es como en los Emiratos Árabes Unidos», por lo que, podemos ver que tampoco dejan al 100% de lado el tema religioso.
Pueden checar más de su protesta en su página de internet, en la que hay fotos, escritos y obviamente el video, claro, todo esto lo hacen usando capuchas que no permiten conocer su identidad, para evitar unirse a sus amigas en la “cárcel roja”.
Así es como nuevamente las Pussy Riot dan de que hablar, siempre envueltas en la controversia, lo que se esperaría de un grupo punk; pero, en este caso, no es sólo un grupo de chicas punk que también son madres, es que parecen no tener miedo a las represalias de un país que no se caracteriza por su apertura. Seamos honestos, no es lo mismo ser punk en Estados Unidos que en Rusia.
Por lo mismo, hay gente que las ama y que las odia. Tan las odia que incluso inventaron un juego con la posibilidad de matarlas. El juego se trata de que logres matar con una cruz a las Pussys antes de que logren entrar a la Iglesia. Si no logras matarla, entra a la Iglesia y un diablo invade tu pantalla. Este fue el videojuego que diseñó un líder de la juventud ortodoxa.
Parece ser que el videojuego no saldrá al público, pues ha recibido muchas críticas, pero ninguna de ellas por parte de la Iglesia. De hecho, la Iglesia ha apoyado a sus filas más jóvenes, reconociendo que no es el mejor modo, pero es una forma de ejemplificar el terrible acto que las Pussys hicieron el año pasado.
Quizá, la frase “no hay fama que sea mala fama” también aplique en este caso.
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