La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) realizó en 2016 105,831 verificaciones fitosanitarias de productos forestales de importación con el fin de proteger ecosistemas nacionales de daños por la llegada de especies exóticas ajenas.
Entre las mercancías que se inspeccionaron se encuentran artesanías de madera, mimbre y bejuco; tarimas, árboles bonsái, embalajes, muebles de triplay y árboles de Navidad. El año pasado se detectaron 208 casos de plagas forestales en puntos de ingreso y se interceptaron 68 casos de plagas cuarentenarias.
Eliz Regina Martínez, coordinadora de inspectores de la Dirección de Inspección y Vigilancia de Vida Silvestre y Fitosanitaria en Puertos, Aeropuertos y Fronteras de la Profepa, informó que en 2016 se inspeccionaron 704,203 árboles de Navidad, de los cuales 30,887 no ingresaron al país por presencia de plagas.
Entre las especies de árboles que se importan de Estados Unidos y Canadá están Abies procera, Abies grandis y Pseudotsuga menziesii a las que se revisa con el fin de que no traigan consigo plagas originarias de esos países que podrían convertirse en un problema social, económico y medioambiental en las áreas forestales de México en donde no hay depredadores naturales para esos animales.
En el caso de los árboles para Navidad se solicita un certificado oficial en el que debe estar asentado que son procedentes de poblaciones o localidades libres de plagas, acorde con la Norma Oficial Mexicana NOM-013-SEMARNAT-2010, documento en el que se encuentra la lista de condados donde no se pueden importar ejemplares debido a la presencia de especies como la Palomilla Gitana Norteamericana (Lymantria dispar). También se solicita el certificado fitosanitario que emite la Comisión Internacional de Protección Fitosanitaria.
Regina Martínez comentó que se elige al 1% del cargamento para inspección y los instrumentos con los que se realizan las revisiones son microscopios, medidores de humedad y martillos de golpe, para verificar la humedad de la madera; tabletas electrónicas, martillos, cerrotes y formones. Las muestras se envían a análisis de laboratorio en Gestión Forestal donde se dictamina el ingreso o no de la mercancía.
De todos los movimientos de Profepa, el 75% corresponden a productos forestales. La dependencia cuenta con 57 oficinas de inspectoría que se encuentran en cruces fronterizos, puertos marítimos, aeropuertos internacionales y aduanas interiores, de las cuales 22 son las que registran mayor actividad en el tema.
Eliz Regina explicó en entrevista para la Academia Mexicana de Ciencias (AMC) que se revisa que los productos vengan cerrados, estén secos, sin pedazos de corteza, no tengan huecos ni aserrín, ya que estas condiciones son indicios de la presencia de larvas o plaga que se alimenta de las mercancías.
Añadió que recientemente la institución recibió del Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF, por sus siglas en inglés) 700,000 dólares para adquirir equipo y capacitar al personal con el fin de prevenir la entrada al país de especies exóticas invasoras, ya que representan una amenaza para la biodiversidad mexicana al desplazar a flora y fauna nativa. Este desplazamiento se ha visto incrementado por huracanes y vientos, pero también por el comercio, las actividades turísticas y el transporte, por lo que contar con una red permanente de vigilancia resulta muy importante.
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