El director jurídico del Fondo Nacional de Turismo (Fonatur), Manuel Mercado Béjar, en conferencia de prensa, informó que no existe razón jurídica o técnica para que las obras de Malecón Tajamar se detengan, indicando que «Fonatur ha desarrollado destinos turísticos sustentables con los más altos estándares de calidad y siempre en apego a la normatividad”, y que “el proceso de planeación, programación y ejecución de sus proyectos considera siempre todos los aspectos ambientales, económicos y socioculturales, así como las medidas de prevención y mitigación requeridas por las autoridades competentes”
Tras la presión mediática que existe sobre esta edificación, el organismo público dio su versión sobre esta edificación y que el caso de Malecón Tajamar, Fonatur ha cumplido todos los requerimientos ambientales previstos por la ley y que cada una de sus acciones han sido tanto comunicadas oportunamente, como autorizadas por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa).
Mercado Béjar presentó una cronología de hechos desde 2003, cuando se obtuvo el registro del “Programa de obras del CIP Cancún” en la cartera de proyectos y programas de inversión de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, en el cual se estableció la urbanización del predio en cuestión. Posteriormente, en julio de 2005, tras haber gestionado los permisos correspondientes ante la Semarnat, dicha dependencia otorgó la autorización en materia de impacto ambiental para las obras de urbanización.
Agregó que en julio de 2009 se gestionó la ampliación del plazo de dicha autorización y se obtuvo una nueva vigencia hasta febrero de 2016, como también se obtuvo la ampliación de la vigencia de la autorización del cambio de uso de suelo en favor del Fonatur, con fecha de vencimiento hasta febrero de 2018.
Aunque, para diversos sectores sociales, está información no fue dado a conocer de forma adecuada y en tiempos y el actuar del constructor no ha sido el correcto y los daños ambientales no fueron revisados de forma idónea por parte de la Semarnat, que ha sido acusada de inequidad en su trabajo y revisión de los permisos.
Además el funcionario indicó que detener el proyecto del Malecón Tajamar Cancún, como lo han pedido grupos de activistas ambientales, tendría un costo millonario para los contribuyentes. Lo cual fue la respuesta oficial a la controversia generada por la tala y desmonte del manglar Tajamar.
El grupo activista Salvemos Manglar Tajamar denunció la semana pasada que las autoridades buscaban realizar la tala y el posterior relleno de más de 50 hectáreas del manglar sin hacer la reubicación apropiada de las especies que en él habitan, como cocodrilos, iguanas, aves y serpientes.
Mercado aseguró que los animales de la zona fueron reubicados en las miles de hectáreas que Fonatur donó para que fueran utilizadas en el rescate, que fue supervisado por biólogos de la Universidad Autónoma de Yucatán y aprobado por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).
Argumento que esta zona ya estaba afectada; “la zona de manglar ya estaba impactada comenzó a impactarse desde mayo de 2006; el mangle que se retiró este año no tenía flujo hidrológico, su transición natural está impactada e interrumpida desde hace muchos años”.
De acuerdo a los informes de Fonatur, la dotación de infraestructura necesaria para la operación de Malecón Tajamar se realizó del año 2006 al 2012, las cual incluyó vialidades, instalación de drenaje sanitario y pluvial, electrificación y alumbrado público, así como la lotificación de los terrenos en venta, con lo cual se impactó parcialmente la zona de mangle colindante con el Sistema Lagunar Nichupté.
De acuerdo a Fonatur, la zona que alberga el proyecto Malecón Tajamar está fuera de las zonas Ramsar del polígono, es decir, no está bajo ninguna protección o conservación ambiental nacional o internacional. No obstante, en 2015 el Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda) presentó un amparo en contra del proyecto, argumentando que para obtener los permisos se presentó información falsa e imprecisa respecto de las verdaderas características y condiciones físicas y biológicas del predio, descartando la existencia de un humedal costero, la población real de manglar, así como de la demás biodiversidad que alberga dicho ecosistema.
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