- Obrador ¡Wevos!
- Colofón: Aristegui, ya “Chole”
- La del Estribo: El Servicio Militar de Macedo
Obrador ¡Wevos!.- Al fin, en unos días, habrá de dilucidarse cualquier oscilación con respecto al referéndum de julio. Habemus Presidentem será en breve el ilustro que finiquite la incertidumbre y ponga a cada quien en su sitio. Al menos eso piensa el hacedor de las mundanas herejías sotanales. Y es que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación se declaró listo y blindado para iniciar la etapa de validación de la elección federal. Listo, porque ya no admitirá ninguna prueba para invalidarla y, blindado, porque nadie podrá sostener reuniones, amenazar o intimidar a la corte para expresar su sentencia. Menos aún el mesiánico líder de las izquierdas.
No obstante, circula en las tertulias de las tribus opositoras, el mensaje entre líneas de su jerarca para que, “en su nombre”, los movimientos surgidos del resentimiento inicien una revuelta. Al menos eso se lee en el Universal, cuya investigación periodística –Que puso al descubierto triquiñuelas financieras de AMLO, fraudes al erario y manejo indebido de recursos públicos a favor de un solo proveedor- fue llamada por las voces solaztequinas como “el asunto de un periódico del régimen que hace el trabajo sucio a Peña y al PRI”.
No le parece así al creador de las andanzas mandujanescas. Verá Usted, apreciado leedor de las irreverencias, mientras que la arenga permanente del tabasqueño, igual que hace 6 años, se basa en el robo de la elección y en la monserga de la imposición de un candidato, subliminalmente se está llamando a sus discípulos a la sedición. De ahí que en Xalapa, Veracruz, la recientemente surgida –Hace unas semanas- Coordinadora Provisional de la Convención Nacional Contra la Imposición, se declarara “en alerta roja, pues la lucha por el rescate de la nación, va más allá del proceso electoral” y acordara “profundizar el desastre nacional” con “la radicalización de las luchas contra las reformas laboral, hacendaria, energética y política”.
Su decreto pone fechas: el 1 de septiembre, para protestar contra el presidente Calderón, iniciarán una caravana que partiría del TEPJF al Congreso de la Unión, en cuyo exterior se plantaran para leer un contrainforme. En los estados, se harán movilizaciones en los Congresos locales y en todas las plazas públicas del país repasarán el mismo texto.
Para el 6 de septiembre se reclutarán en la sede del TEPJF para “manifestar su rechazo al dictamen que valide la imposición de Enrique Peña”. El 15 y 16 del mismo mes, tomarán las plazas públicas del país para hacer su grito: “Viva México pero sin el PRI”; en tanto que los días 22 y 23, perpetrarán la Segunda Convención Nacional Contra la Imposición, en Oaxaca. De esto, Jesús Zambrano, su dirigente, insinuó que “la existencia de elementos suficientes para advertir que habrá estallidos sociales si el Tribunal valida el triunfo de Peña”. Cínicamente agregó: “no los alentaremos, pero tampoco los podemos detener”.
Así que, hablando de huevos, los insurrectos insisten en que una sociedad democrática no debe regirse por decisión popular, sino a guevo y a favor de ellos. El kamasutra de las posturas editoriales al ataño, sólo les puede decir: ¡wevos que!…
Colofón: Aristegui, ya “Chole”
Pareciera obstinación opinar del conflicto del gobierno con MVS, o al revés, como quiera seguirse –piensa el tabernero editorial mientras lee su periódico, reposando en uno de los sillones de alguna de las salas de sus oscuros aposentos-, pero entiende que en la asonada de criticas y supuestos atentados al derecho a la información, la libertad de expresión, en este caso, nunca ha estado en peligro. Se trata, desde su insolente punto de vista, de un asunto comercial. Seamos neta, Carmen Aristegui se pasó de lanza al demandarle a Los Pinoles una explanación por el hipotético alcoholismo del Presidente. Al cuestionar a Calderas, llevó su panacea al escenario político, sabedora que recibiría los aplausos de la oposición y su respaldo. A nadie le es ajena su vinculación con la izquierda, que no es malo –aclara el irreverente escribano-, lo perverso del asunto está en usar la boca para difamar y recostarse en la comodidad de la victimización.
Eso hizo la periodista, y a esa extraña forma de pensar se unió Joaquín Vargas para declarar que, tras la blasfemia de Aristegui, el gobierno lo presionó para sacarla del aire. Así, deja entrever una incierta razón por parte de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, para despojarlo de la banda que le pertenecía. Sin embargo la trama indica que concluyó su contrato de posesión y, para obtenerlo nuevamente, deberá pelearla en precio con otros postores y, quien mejor pague su cotización en el mercado, la tendrá. Esto no tiene nada que ver con Aristegui, por ello, para el patibulario periodista, se trata de un asunto comercial.
Y es que Joaquín Vargas tenía un negociazo con la red de televisión satelital a través de Dish, CMR y MVS Comunicaciones. Su apuesta más fuerte está en el mercado de la banda ancha móvil, tan es así que planteó la creación de una red con tecnología LTE (Long Term Evolution) que funciona para las redes 3G y 4G y permite la transmisión de datos a máxima velocidad y menor precio. El negocio de quizá miles de millones de dólares se le viene abajo, por eso sus declaraciones. No quiere competir, quiere sólo ganar.
Lo único cierto es que ese tipo de medidas tendrían que ser para todos. Aún existen monopolios y quienes se quedan milando como chinos, semos los que encendemos la radio y prendemos la televisión… Y bueno, ya “Chole” con Aristegui, no?
La del Estribo: El Servicio Militar de Macedo
Sergio Macedo, afamado periodista pro derechos humanos y reincidente antropólogo social, cuenta que debió hacer su Servicio Militar al cumplir 18 años. Hablamos de hace casi 2 décadas de esto. Y narraba que en cierta ocasión tuvieron que realizar un operativo en una zona profunda del bosque del Calvario, en Toluca. Como se separaron para cubrir más terreno, cuenta que caminaba por un empedrado cuando ¡madres!, cayó en una letrina de campo. Chuy Ruiz, otro reportero de abolengo, azorado le preguntó: “No chingues, caíste a la mierda… ¿Y hasta dónde te llegó? ¡A los tobillos! Ah, bueno –Prosiguió Chucho- Al menos no estaba llena… ¿Que no? ¡Caí de cabeza!… Hasta otro Sótano.
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