A veces pensamos en música como un arte completamente independiente a las demás, quizá la asociamos con la danza por obvias razones, pero en general tendemos a pensar en que sólo utilizamos el sentido del oído para disfrutarla.
Sin embargo, el cine nos demuestra lo contrario película tras película. Desde los cortometrajes tienen una meticulosa tarea de buscar justo la canción que describa momentos claves, en muchos casos es la canción la que le da sentido al acontecimiento, te hace sentir y pensar justo lo que el personaje está viviendo, te traslada dentro de la película.
El rock es un género muy utilizado en este sentido; incluso, en muchas ocasiones no se busca alguna canción que se acople a lo que el director quiere reflejar, sino que dada la idea, se buscan ciertos artistas para que creen una pieza precisa. Como Quentin Tarantino, quien tiene una facilidad para hacer memorables sus películas por la música; por ejemplo, el tema de Pulp Fiction, que muchos años después Black Eyes Peas le harían un cover muy famoso, o la canción de Nancy Sinatra, utilizada en Kill Bill.
Y como éste hay muchos soundtracks que han pasado a la historia, de hecho dentro de los más importantes se encuentra el de la película mexicana Amores Perros, con música de Control Machete, Gustavo Santaolalla, Café Tacvba, Ely Guerra y otros famosos artistas latinoamericanos y nacionales.
Otro gran momento que se me viene a la mente es en la película de Forrest Gump, cuando Forresy y Jenny bailan, de fondo suena “Sweet home Alabama” ¿a poco no te viene a la mente esta escena con toda precisión?… es increíble lo que podemos lograr al juntar dos excitaciones sensoriales: la vista y el oído.
¿Se imaginan si algún día llega la tecnología a incluir el olfato? Seguramente, en algunos momentos sería incómodo, como en “Quisiera ser millonario” en el momento que el pequeño se avienta al “drenaje”… pero definitivamente nos harían sentir parte de la película.
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