Los ecosistemas cuentan con propiedades que les permiten lograr un grado de estabilidad, estas son, la resistencia a las alteraciones y la resiliencia (capacidad de regresar a su estado original por medios propios), la eficiencia de estas propiedades depende en gran medida de su estado de equilibrio original y del grado de perturbación al que se ven sometidos.
Por ello, la Fundación Pedro y Elena Hernández A. C., se da a la tarea de conservar, restaurar y proteger el medio ambiente, y selecciona, con el apoyo de expertos, zonas que considera de valor estratégico para el país, por ejemplo, las cuencas hidrológicas, entre ellas, el parque ejidal de San Nicolás Totolapan, ubicado en sureste de la Ciudad de México.
Este parque ejidal ubicado dentro del parque se encuentra la micro cuenca del río Eslava, un importante proveedor de agua potable para la Ciudad de México, de ahí la importancia de recuperar su funcionalidad eco hidrológica. Para lo cual se delimitaron las zonas de acción estratégicas enfocadas en los manantiales y sistemas riparios, que llevaron a elaborar un catálogo de plantas de sotobosque y se hizo partícipe a la comunidad en la toma de decisiones y estrategias de restauración, con lo que se generaron empleos que mejoraron su calidad de vida.
Tomando en consideración estos recursos, se generó una propuesta integral para un modelo de restauración basado en sucesión vegetal, el cual se pretende, se convierta en un ejemplo para la recuperación de ecosistemas a nivel mundial.
En comunicado de prensa se detalló que este proceso es una alternativa para la recuperación de los ecosistemas que se encuentra el modelo de reforestación. Este se basa principalmente, en la siembra de especies nativas o exóticas en espacios en donde la cobertura de árboles ha disminuido, las especies sembradas pueden ser trasplantadas o pueden provenir de viveros en donde se intensifica su crecimiento. El modelo aún presenta algunas carencias para lograr la recuperación total del ecosistema (recuperación de su funcionalidad).
Son varios los factores que intervienen para lograr el equilibrio de un ecosistema: el suelo, redes hidrológicas, flora y fauna, entre otros, por lo que es difícil pensar que considerando solo uno se puede lograr una recuperación total, o lo que se conoce como restauración. Por tal motivo, se emplean exitosamente otros modelos, por ejemplo, la restauración por sucesión vegetal.
La sucesión vegetal es el cambio en la composición de las especies de un ecosistema asociado a los cambios del sustrato a lo largo del tiempo. Esto quiere decir que a través del tiempo los ecosistemas, de forma natural, sufren cambios y sus componentes bióticos, flora y fauna, sufren adaptaciones de acuerdo a la disponibilidad de los recursos abióticos (no vivos), suelo, redes hídricas y clima.
La sucesión vegetal y la restauración se encuentran íntimamente ligadas, por un lado, la sucesión son los cambios a través del tiempo de las especies y el sustrato, mientras que la restauración busca la manipulación de esos cambios para agilizar la recuperación de los sistemas trasformados.
Una vez que se conocen los componentes, procesos y causas de deterioro del ecosistema a restaurar, se plantea e implementa el modelo de sucesión, teniendo presente que pueden existir cambios en el curso de los resultados, ya que una de las características de la sucesión es que, al ser un proceso dinámico, pueden presentarse resultados inesperados pero propios del ecosistema.
La primera etapa y la base de la sucesión es la dispersión de plantas que colaboren en la creación de combinaciones adecuadas que permitan llevar al ecosistema hacia la dirección deseada. La meta final del proyecto es lograr un ecosistema sostenible y suficientemente estable para soportar futuros disturbios. Finalmente el principal objetivo de la restauración por sucesión consiste en facilitar que un ecosistema se recupere y llegue a ser sostenible y estable siguiendo su curso natural.
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