Para todos aquellos que no tuvieron un feliz y romántico San Valentín, este artículo habla de una poeta sumamente famosa, en cuyas letras se puede encontrar de manera reiterante el tema del amor, pero con un lado bastante obscuro. Me refiero a Sylvia Plath, quien nació en Boston en 1932 y muere en Londres en 1963, tras haber cometido suicidio.
A diferencia de la gran mayoría de los grandes artistas, Plath gozó de reconocimiento desde niña, ganando diversos premios por cuentos cortos y poesías. Con dos obras ampliamente reconocidas: The Bell Jar (La Campana de Cristal) y The Colosso (El Coloso), una recopilación de sus poemas.
La primera de ellas, The Bell Jar narra un tipo de autobiografía o poesía confesional sobre su lucha contra lo que hoy conocemos como bipolaridad, que la llevó a su primer intento de suicidio en su adolescencia. En esa época, la enfermedad era poco conocida y entendida, pero Sylvia logró definirla de manera poética en dicha obra: “es como si mi vida estuviera mágicamente dirigida por dos corrientes eléctricas: júbilo positivo y negativa desesperanza. La que sea que corra en ese momento, es la que domina mi vida, la que la inunda.”.
Por su parte, El Coloso fue publicado en 1960, cuando ella se encontraba ya en el Reino Unido, felizmente enamorada de su esposo Ted Hughes, otro famoso poeta, a quien conoció mientras estudiaba en la Universidad de Cambridge. La obra, según algunos estudiosos, no tiene esa energía que sus obras posteriores. Quizá, por como la propia Plath lo explicaba, estando tan joven, ella no había vivido nada, y entonces se tornaba muy difícil escribir cuando no se tenían experiencias.
Situación que fue cambiando a lo largo de su vida, y que finalmente le dejó experiencias que la marcaron de por vida, como la muerte de su padre (a los 9 años de edad) y el engaño y separación de su esposo, que la llevó a divorciarse y vivir con sus hijos durante una de fuerte crisis económica (y en invierno) que finalmente, terminaron con su suicidio el 11 de febrero de 1963 , aniversario por el cual la escogimos para el mes del amor y la amistad.
En fin, acá otra cita para aquellos con el corazón roto: “Hay algo desmoralizante de ver a dos personas volverse más y más enamoradas –locas- una del otro, especialmente cuando tú eres esa extra persona en el cuarto”.
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