México se convirtió en un imperio de la cinematografía hispana durante los años treinta y cuarenta en la llamada Época de Oro de cine nacional, al influir en la forma de hablar, vestir y pensar de los habitantes de la región, señaló la investigadora Maricruz Castro durante su participación en la Feria del Libro en Español de Los Ángeles, LéaLA que inició el viernes 17 y concluye este domingo 19 de mayo en la ciudad de Los Ángeles.
En la tercera edición del encuentro librero que se realiza en 2011 y que cada año ha ido creciendo en participantes y público, Maricruz Castro dio su conferencia El cine mexicano de la Época de Oro, en la cual expuso parte del libro que realizó con el investigador estadounidense Robert McKee, titulado El cine mexicano se impone, trabajo en el que resalta el impacto que tuvieron las producciones del país en el mundo hispano e internacional.
Uno de los aspectos más interesantes que encontró en esta investigación fue el caso de un grupo de mariachis que surgió en la antigua Yugoslavia, que cantaban temas populares de México en el idioma local, lo cual representa que las películas nacionales lograron influir profundamente en culturas tan lejanas como esa.
“Estamos ante un influencia cultural global –dijo Castro–, en momentos en que este concepto ni siquiera existía; esta fue la etapa más brillante de la industria cinematográfica mexicana en términos de presencia, prestigio internacional e impacto cultural. Fue el puente cultural que se tendió entre distintos países y distintas comunidades y culturas de habla hispana”.
En su exposición, resaltó que las historias y los personajes que aparecieron en las producciones de ese periodo, tuvieron influencia en la vida cotidiana de países como Argentina, Colombia, Cuba, España, Venezuela y hasta Yugoslavia.
El volumen que presentó en la Feria de Los Ángeles es editado por la Dirección de Literatura de la UNAM y ofrece un recorrido que inicia con el triunfo en taquilla de la película Allá en el rancho grande (1936), de Fernando de Fuentes, y las repercusiones de la comedia de enredos Ahí está el detalle (1940), en la que destaca la actuación de Mario Moreno Cantinflas, quien se convirtió en icono del género en toda América Latina.
Menciona el impacto de otras cintas como Santa (1932), Simón Bolívar (1942), Doña Bárbara (1943), María Candelaria (1944), Jalisco canta en Sevilla (1949), Los olvidados (1950), y Espaldas mojadas (1955), entre otras.
Castro señaló en entrevista con Conaculta que existió una doble línea de interpretación en la región de Latinoamérica respecto a las películas mexicanas. “Por un lado estaba la admiración hacia las cintas que permanecían en cartelera por semanas, por ejemplo documentamos que incluso aquí en Los Ángeles las cintas de Cantinflas duraban hasta cuatro meses en exhibición y que desde luego el público que la veía era mayoritariamente hispano. Esto provocó que surgieran cines exclusivos para el cine mexicano, lo cual sólo se había visto con las producciones hollywoodenses”.
La investigadora incluye en su trabajo otro aspecto poco mostrado respecto al éxito de la filmografía nacional, como lo es el hecho de su apabullante presencia provocó que industrias incipientes de países como Cuba y Venezuela no tuvieran la oportunidad de desarrollarse.
“México fue una especie de Hollywood con todas sus virtudes y vicios para los países de habla hispana durante la época dorada. El cine nacional influyó en las identidades nacionales, pero también en el extranjero, pese a la distancia cultural. En otro sentido, junto con el investigador estadunidense Robert McKee, preparamos otro libro, titulado The mexican cinema globalization, en el que abordaremos ahora ese fenómeno, que a la distancia histórica se muestra como un adelanto de nuestra época”, concluyó Maricruz Castro.
Comentarios Cerrados