No hay mejor vino que el bebido en compañía,
la porción de queso extraído a la alacena
y el excelente pan venido de tu mano;
mirar tus ojos disimuladamente para no cansarlos
—desbordado anhelo—
y ser: tú mi doble, yo tu sosias.
Compartido el goce del ensueño,
remaba una barca para vencer las gibas
de una charca transformada en lago y,
si ésto es un sueño espero sueñes vívidamente lo mismo
para constatar que en la vida, a más del buen vino,
del queso y el excelente pan gozados en bienhechora compañía,
en la vida somos: tú mi doble, yo tu sosias.
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