El impacto de los desastres naturales está aumentando debido a una mayor exposición de las personas y los activos. Datos de la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS) destacan que en el país sólo cinco por ciento de los micronegocios y 15 por cientos de las pequeñas y medianas empresas tienen un seguro contra desastres naturales.
En México durante los últimos 30 años se registraron pérdidas económicas superiores a los 50 mil millones de dólares por desastres naturales, principalmente por huracanes, lluvias intensas y terremotos, según el Índice de Riesgo de Desastres de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Por su ubicación geográfica y clima, estados como Veracruz, Oaxaca, Chiapas, Tabasco, Campeche, Quintana Roo, Yucatán y Baja California son más propensos a registrar fenómenos hidrometeorológicos como huracanes, depresiones tropicales y tormentas.
Al respecto, Leonardo Fantini, responsable de Propiedad y Riesgos Especializados de AIG Seguros México, declaró que “aún las empresas y población de ciudades del centro del país son afectadas por fuertes lluvias que provocan inundaciones, por lo que todos debemos estar preparados”.
La temporada de huracanes inició en nuestro país y la Comisión Nacional del Agua (Conagua) informó que este año se registrarán 17 huracanes que afectarán al territorio nacional por el Pacífico y el Atlántico.
Una medición conjunta de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y del Banco Mundial destaca que en el periodo de 1980 a 2014 los huracanes y lluvias intensas provocaron 74 por ciento de las pérdidas económicas globales equivalentes a 2.6 billones de dólares.
Ante las pérdidas económicas que pueden registrar los activos de una compañía, las aseguradoras que operan en México, hoy en día ya cuentan con servicio de evaluación de riesgo que permite identificar posibles áreas de vulnerabilidad, definir un plan de acción y respuesta que puede ser la diferencia entre un incidente menor y un desastre mayor.
Ya que identificar en el negocio si está en riesgo le permitirá tomar medidas para minimizar posibles pérdidas. Un plan de protección y prevención permite evitar pérdidas considerables, tanto físicas como de interrupción de negocio, que podrían originar una pérdida de ingreso.
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