“La actual sequía que azota a México ha generado una alarma significativa, poniendo de manifiesto la necesidad urgente de brindar apoyo al sector agrícola, uno de los más impactados debido a que la escasez de agua ha desencadenado pérdidas económicas sustanciales en la producción agrícola, repercutiendo no únicamente en la economía nacional, sino también en la seguridad alimentaria del país”, de acuerdo con Luis Osorio, Director Ejecutivo de Protección de Cultivos, Ciencia y Tecnología (PROCCYT)
Datos recopilados por la Comisión Nacional del Agua (Conagua) reflejan que las reservas de agua en las principales presas de México operan a tan solo la mitad de su capacidad, agravado por una disminución del 27.4 por ciento en las lluvias en comparación con el promedio histórico para este período. Esta escasez hídrica está afectando profundamente a los agricultores en todas las regiones del país.
En este escenario, es fundamental resaltar el papel que desempeñan los productos desarrollados por la industria de protección de cultivos, los cuales actúan como herramientas efectivas para maximizar la producción agrícola con un uso menor de agua y reduciendo al mínimo los desperdicios.
Luis Osorio subraya la importancia crucial de apoyar a los agricultores ante esta situación: «El sector agrícola (conformado por 7 millones de colaboradores directos e indirectos) constituyen el motor de nuestra seguridad alimentaria y economía. Como sector dedicado al desarrollo de productos, ciencia y tecnología para proteger los cultivos, estamos comprometidos en continuar proporcionando herramientas y tecnologías que les permitan enfrentar la sequía de manera más resiliente”.
De acuerdo con el representante de PROCCCYT, la asignación de 35,343 millones de pesos por parte del gobierno federal dentro del Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación para proyectos relacionados con la disponibilidad y distribución de agua es un paso positivo en la dirección correcta. No obstante, es esencial que estos esfuerzos se complementen con iniciativas que fomenten prácticas agrícolas sostenibles y la adopción de tecnologías avanzadas, incluido el uso eficiente de productos agroquímicos.
“La sequía representa un desafío que requiere una respuesta colectiva y acciones concretas. Atender a los agricultores y promover la eficiencia en la gestión del agua en la agricultura no solo beneficia a quienes trabajan la tierra, sino que también tiene un impacto positivo en la seguridad alimentaria y la economía de México”, resalta Luis Osorio.
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