Pero los suelos no sólo proveen a los seres humanos y a las plantas y animales de alimento. También ayudan a reincorporar a los ciclos biogeoquímicos de la Naturaleza los elementos químicos presentes en la atmósfera –como el nitrógeno indispensable en la dieta de las plantas y los animales- o aquellos que quedaron en los restos muertos de plantas y animales –como el carbono y el fósforo, entre otros-. Por si todo lo anterior no fuera suficiente, los suelos controlan y guían el flujo del agua de la lluvia hacia los acuíferos y los ríos y lagos, los filtran de contaminantes como mentales pesados, plaguicidas y nitratos –que de otro modo se acumularían en ellos dañando al ambiente y de paso, nuestra salud-, amortiguan contra cambios bruscos de temperatura y funcionana como almacenes de carbono.
Fuente: Semarnat. ¿Y el medio ambiente? Problemas en México y el mundo. Semarnat. México. 2008
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