Los riesgos de violencia política están creciendo cada vez más debido a las tensiones geopolíticas, el debilitamiento de la democracia liberal y la repercusión de los efectos de los graves conflictos en todo el mundo.
Por tercer año consecutivo, hubo más países con tasas de riesgo crecientes que decrecientes. Se informó que el 40% de los países están catalogados como expuestos al terrorismo y al riesgo de sabotaje; 60% al riesgo de disturbios civiles y 33% a insurrección, guerra o golpe de estado. De acuerdo con los Mapas de riesgo 2018 de la empresa Aon, actualmente 46 países o territorios ahora se clasifican con riesgo alto o grave, lo que representa el 22% del total mundial.
La probabilidad de conflicto interestatal, incluyendo a grandes potencias, es la más grande desde el fin de la Guerra Fría. El último año, la creciente competición geopolítica y la fragilidad de liderazgo en la diplomacia internacional contribuyeron a la permanencia o aumento de los riesgos de conflicto armado. El crecimiento de la polarización en cuestiones políticas, económicas y sociales en democracias maduras, y divisiones entre potencias occidentales frente a las amenazas y riesgos complejos también contribuyeron al empeoramiento de la seguridad global y la más grande inseguridad estratégica.
En 2017, el número de ataques terroristas en los países occidentales se duplicó (204) con relación a 2016 (96), si bien mantuvo un número similar de víctimas fatales (1,092 en 2017), indicando reducción de letalidad de los ataques.
Aproximadamente 75% de los ataques fueron dirigidos a la industria del petróleo y gas, minería, transporte, construcción y la infraestructura crítica. El resto fue dirigido a los minoristas, medios de comunicación, finanzas y turismo.
Es notable que la difusión de la amenaza del Estado Islámico cesó, pero no ha desaparecido, este grupo realizó ataques terroristas en 29 países en los cinco continentes en 2017, el mismo número de países con relación a 2016 y 19 países más con relación a 2015; mientras tanto, su alcance global parece haber alcanzado su máximo y probablemente, el número de países donde es capaz de ejecutar o inspirar ataques será menor en 2018.
El sector de turismo está administrando los riesgos generados por el aumento del terrorismo, pues el sector se volvió un objetivo altamente atractivo para algunas organizaciones terroristas. En 2017, hubo por lo menos 35 ataques en todo el mundo, dirigidos a sectores comerciales esenciales para la industria del turismo, como hoteles y resorts, casas nocturnas, aviación civil y atracciones turísticas.
“La industria del turismo es altamente afectada por el riesgo de terrorismo. Un gran ataque puede tener un impacto inmediato y significativo en el sector de viajes de esparcimiento y puede tener repercusión internacional. Incluso los ataques que no afectan directamente a la industria, también pueden afectar a este sector financieramente”, señaló Rogelio Altamira Del Valle, Chief Commercial Officer de Aon México.
En el último año, el riesgo político creció en 11 países y disminuyó sólo en 2 países, indicando la persistencia del riesgo político en el mundo, marcado por el aumento de la violencia política y de la interrupción de la cadena de suministro. En muchos países, el riesgo de interrupción de la cadena de suministro aumentó debido a los impactos climáticos y al debilitamiento de la situación fiscal.
En América Latina, los riesgos políticos crecen frente a una temporada electoral concurrida, sobre todo en los países más importantes, así como las naciones más pequeñas, también están pasando por agitaciones políticas.
El 2017 fue un año favorable para México, considerando las dificultades presentadas por las políticas de comercialización e inmigración de los Estados Unidos. El consumo lideró el crecimiento, a pesar de que esté perdiendo fuerza, con el vencimiento del crédito en una política monetaria más rigurosa y la disminución de los salarios reales.
“El 8% de los incidentes terroristas en 2017 fueron dirigidos a las empresas, por lo que es esencial que las organizaciones comprendan sus niveles de exposición y el potencial de impacto de la inestabilidad política en sus empleados, propiedades y cadenas de suministro. Contar con programas gerenciales de prevención para reducir riesgos, hoy en día es esencial para las empresas en todo el mundo”, finalizó el directivo de Aon México.
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