Aumento de salario, aguinaldo, caja de ahorro, bonos, utilidades, comisiones, ventas de garage y hasta lo que se junta en “el puerquito”, representan entradas de dinero adicionales al pago fijo por el trabajo que desempeñamos y que bien, pueden funcionar para solucionar problemas, darse un gusto o mejorar el bienestar financiero; pero si no se tiene un destino fijo para esos ingresos, se corre el riesgo de malgastarlos.
De acuerdo con la Procuraduría Federal del Consumidor (PROFECO), en México hay 30.6 millones de jóvenes de entre 15 y 29 años de edad, de los cuales 54% hacen compras que se salen de su presupuesto y de los que 18% adquieren productos que no necesitan.
Así que, si no sabes cómo aprovecharlos inteligentemente, el programa de educación financiera y negocios ”Aprende y Crece de Banco Azteca”, te brinda las cinco alternativas más convenientes, productivas y útiles que te colocarán en otro nivel en cuanto a dominio de tus ingresos:
1.- Paga tus deudas. Comenzando por aquellas que te generan mayor interés. Para ello, es necesario actualizar constantemente tu “Inventario de Deudas”, en donde tengas claro a qué institución o persona le debes, monto, plazo e interés.
- Invierte. Si no debes dinero, haz crecer tus ingresos extras a través de un instrumento de inversión; consulta AQUÍ para conocer cuál es el que te conviene más, según tus metas, ingresos y ahorro.
3.- Retoma tus propósitos. Si ya invertiste y pagaste tus deudas, haz el viaje de tus sueños o toma el curso que tanto te has propuesto.
4.- Reserva el dinero de más. Estos últimos meses han estado llenos de incertidumbre; por ello, es importante que separes algo de estos ingresos para cualquier emergencia. Sigue ahorrando. Te funcionará como un respaldo.
5.- En temporadas de rebajas, no compres por comprar, ¡invierte! Mereces una recompensa, pero antes, planifica y compara bien. Sigue estas claves que sugiere “Aprende y Crece”, para salir realmente beneficiado de estas oportunidades comerciales:
- Haz un listado de lo que vas a adquirir. En donde se priorice con base en aquello que realmente se necesite, lo que signifique una inversión y por último, lo que responda a gustos o “apapachos”.
En el primer caso, hablamos de productos o servicios de los que no podamos prescindir como un refrigerador, un calentador o la reparación de algún sistema sin el que una casa no funcione bien como reparaciones. En el segundo caso, hablamos de todo aquello que pueda significar una inversión a largo plazo, como un curso en que se adquieran nuevos conocimientos y habilidades para explotar y obtener más ingresos, una propiedad o artículos que si bien se devalúan con el tiempo, igual pueden revenderse para sacarnos de un apuro como los autos.
- Definir bien el origen de los pagos. Ya sea con crédito o préstamos, con ahorros o los ingresos extra de los que hablábamos al inicio, pero recomendablemente no más de uno, porque se tiende a “revolver” los dineros y se corre el riesgo de desacompletar para cubrir los gastos fijos mensuales.
- Evitar adquirir más deudas. Esto, porque si tu principal fuente de pago serán las tarjetas de crédito, será más fácil que superes tu capacidad de pago. Recuerda: si tus deudas abarcan el 30% de tus ingresos ¡NO LO HAGAS! De preferencia, opta por esos ingresos extra o los ahorros, sobre el crédito.
Ahora que tienes una o más entradas de ingresos extra, no los malgastes dejándote llevar por la emoción, compra inteligentemente evitando errores como malos cálculos sobre lo que dispones y no pierdas el control.
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