Más 800 toneladas de flores y follaje serán esta semana un importante motivo para venir a la Ciudad de México y conseguir un arreglo floral, una de las más bellas y apreciables muestras de afecto del 14 de Febrero, Día de San Valentín, en el que tradicionalmente se celebran el amor y la amistad.
Así lo puso de manifiesto el Secretario de Turismo de la CdMx, Carlos Mackinlay, al iniciar formalmente la promoción de los mercados públicos como nuevos atractivos turísticos de la capital del país, en los que se rescata mucho de lo mejor de la identidad, costumbres, tradiciones y esencia de la cultura mexicana.
Acompañado del Secretario de Desarrollo Económico, José Luis Beato, agregó que la cantidad referida –que genera importantes ingresos para la economía local–, es la oferta floral que tiene la CdMx a través de cualquiera de sus 329 mercados públicos, en donde el visitante encontrará una gran variedad de flores, provenientes de Puebla, Veracruz Morelos, Estado de México y de los propios floricultores de la capital del país.
Esta semana en cualquiera de estos centros de acopio, el visitante tendrá además la oportunidad de interactuar y aprender el oficio en talleres gratuitos, con expertos certificados por la SEP, incluidos desde luego sitios tradicionales como el Mercado de las Flores de Jamaica; el de San Juan-Palacio de las Flores y la Central de Abastos.
Con estos artesanos de la Federación Mexicana de Jardinería y Arreglo Floral AC -una verdadera escuela que imparte cursos de jardinería y de diseño floral-, se podrá apreciar que las flores no son artículo de lujo sino parte importante de la cultura mexicana y la razón de existir de muchos campesinos del país.
Durante la puesta en marcha de esta promoción se escenificó varias piezas se zarzuela al interior del mercado, situación que generó el jubilo de los comerciantes y visitantes.
Acudir a los mercados públicos capitalinos esta semana será una experiencia inédita de recuperación de la memoria histórica, no exenta de agradables sorpresas, en los que se ofrecerá una muestra de que es posible tener una mejor calidad de vida y bienestar económico, a través de la profesionalización de oficios como la floristería y la jardinería.
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