El director de Energía, Ciencia, Tecnología e Innovación del Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile, Gabriel Rodríguez, comentó que los cielos oscuros representan uno de los recursos naturales más importantes en Chile. Son espacios propios de la geografía en los que se presentan las condiciones naturales para la investigación. “Lo esencial para nosotros, los funcionarios públicos, es reconocer el potencial de estos ‘laboratorios naturales’ para beneficio del país”.
Indicó que la astronomía representa una oportunidad multidimensional para el gobierno chileno, dado que se puede alcanzar el desarrollo económico, científico y cultural. Asimismo, se puede generar con ello una nueva imagen para el país frente al mundo, rumbo a una sociedad de investigación.
Añadió que “en general, la tecnología casi siempre deviene de la guerra, pero la tecnología generada a partir de la investigación astronómica viene de la paz. Por eso queremos ser un elemento que empuje a la astronomía como un elemento clave para la cooperación pacífica entre naciones”.
Dijo lo anterior al participar en la reunión internacional sobre el Derecho a los Cielos Oscuros, realizada en la Ciudad de México, y advirtió, el gobierno necesita desarrollar una política de Estado que pueda conservar estos laboratorios naturales: “Nuestra política está divida en cuatro puntos que consideramos clave: el primero de ellos es el apoyo a la ciencia a través de la infraestructura científica desde las universidades”.
En segundo lugar, el desarrollo de la astro-ingeniería, que desemboca en desarrollo tecnológico; en tercer lugar, la identidad internacional, pues estamos buscando cómo los recursos naturales nos pueden llevar a dar saltos hacia delante; finalmente, la educación y la cultura.
Si bien estas cuatro acciones ya están puestas en marcha por el gobierno chileno, hay algunos aspectos que aún no están muy bien consolidados: “Hace falta pensar en cómo lograr consensos a nivel interno para lograr que se convierta en una política de Estado”, dijo el diplomático chileno. Esto requiere un trabajo que vaya más allá de buenas ideas, se necesitan consensos y vinculación de intereses; es decir, acciones comunes que nos beneficien a todos.
Adicionalmente, comentó que la astronomía como ciencia se ha pensado siempre en el norte de América, pero en el resto del continente existen las condiciones naturales para que hagamos de la astronomía parte de nuestra identidad, e incluso existe un gran patrimonio cultural para abrirnos paso en lo que ahora se denomina arqueoastronomía.
“Por eso es tan importante estudiar las culturas antiguas, propias de cada uno de nuestros países, pues las antiguas civilizaciones ya tenían (en la observación del cielo) un sentido de carácter estratégico y práctico; hay que rescatarlo. Latinoamérica siempre ha estado en busca de una identidad y la astronomía como investigación, seguida de la arqueoastronomía como un fenómeno cultural, puede ayudarnos a la consolidación de esa identidad”, dijo.
La ventaja de la relación México-Chile es que no hay fronteras, expresó el embajador. México, con su riqueza cultural de cerca de tres mil años, y Chile, con su creciente modernidad, se complementan: “Chile está siendo receptor de los telescopios más grandes del mundo y calculamos que para 2020 concentre el 70% de la infraestructura astronómica del planeta”.
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