El único edificio barroco del siglo XVIII que se conserva en pie en el estado de Nuevo León (frontera norte de México) es sede del primer museo regional del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en el norte de México. Inaugurado el 20 de septiembre de 1956, este año cumple 60 años de narrar el devenir de la entidad e iniciar la tradición de los recintos museográficos en la ciudad de las montañas.
Fue el interés de conservar una joya arquitectónica barroca, edificada en 1787, el motivo que dio origen al espacio cultural. Todo comenzó cuando el segundo obispo de Nuevo León, antiguo Reino de León, con sede episcopal en Linares, fray Rafael José Verguer, hizo construir su casa de reposo en Monterrey, en la Loma de la Vera, un cerro ubicado al poniente de la ciudad desde donde podía avistar la catedral y todas las montañas que rodean la metrópoli.
El Obispado de Monterrey ganó tal fama entre la población del noreste del país que personas mayores procedentes de Tamaulipas y de Coahuila aún llegan al actual museo, a preguntar por sus actas de nacimiento, a pesar de que las oficinas episcopales nunca estuvieron ahí, sino en la vecina ciudad de Linares.
A partir de la Independencia, la edificación se utilizó como fortaleza militar con un papel importante durante la invasión estadounidense (1846), la Intervención Francesa (1862-64), la revuelta de La Noria (1871) y la Revolución Mexicana (1913-1914). Tras ésta última, el deterioro en que quedó el inmueble llevó a la Junta de Mejoras del Obispado, a proponer su restauración y posterior utilización como museo.
Actualmente, Monterrey cuenta con una importante tradición museística de carácter histórico, industrial y de arte contemporáneo, al ser una de las ciudades más desarrolladas de México y la tercera área metropolitana más grande del país. En este contexto, el Museo del Obispado sigue siendo un emblema por sus colecciones, su arquitectura y el lugar donde se encuentra: escenario de importantes batallas, dice Ulloa.
En 2015, el Museo Regional de Nuevo León, El Obispado, recibió alrededor de 77 mil 500 visitantes y hasta agosto de 2016 lo han recorrido cerca de 28 mil. Con la muestra en el Metrorrey proyecta acercarse a nuevo público y mantener viva la historia de Nuevo León. Es la primera exhibición que monta el Sistema de Transporte Colectivo, donde concluyen diariamente miles de usuarios.
El Obispado es el séptimo museo regional que abrió sus puertas al público dentro de la red de recintos museográficos del INAH, después del Michoacano (1886), de Guadalupe Zacatecas (1917), de Guadalajara (1918), de Querétaro (1936), de Nayarit (1949) y Potosino (1952). A la fecha constituye uno de los más importantes de la región norte y el más emblemático del noreste.
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