Los mexicanos están conscientes de que el costo de vida es cada vez más elevado. Este año, no sólo están viviendo una alta inflación y una crisis económica que resultó de los últimos tres años, sino que su preocupación por salir avante los lleva a ajustar su bolsillo.
Ésta no es la primera vez que ocurre algo parecido. Kantar, agencia líder de investigación de mercados, observó un patrón similar al de la crisis de 2008-2009, donde se redujo la oferta monetaria, se elevaron las tasas de interés y, como en una cadena de fichas de dominó perfectamente construida, la última pieza en caer fue la demanda agregada.
En consecuencia, los consumidores gastaron menos, el desempleo aumentó y la inflación se fue viendo afectada. Trece años después, nos encontramos con que la mitad de los mexicanos está preocupada por la economía nacional y el 23% por el aumento sostenido de precios, que a finales de febrero se ubicó en una tasa inflacionaria de 8%.
Pero la reacción del consumidor ante la crisis económica se polariza. Kantar identificó que el 25% de los mexicanos tomará acciones en cuanto a la planeación de su presupuesto familiar, mientras que otro 25% se siente optimista y prefiere disfrutar del presente, dejando de lado los problemas financieros; este último grupo tiene una ligera tendencia a la alza.
Un 15% de la población manifestó estar preocupada por la situación, aunque un 13% ve el escenario como una prueba temporal, de modo que está confiado en que pasará y los mexicanos saldrán adelante. Incluso un 11% se niega a ser una víctima de la inflación y se siente preparado para sacar algo bueno de esta experiencia.
Esto no excluye la priorización en las compras. El 64% de los mexicanos dice que reduciría su gasto en lujos y un 54% en vacaciones y entretenimiento. Para ahorrar, gran parte de la población no descarta dejar de comer fuera de casa, poner una pausa a las mejoras en el hogar, a las suscripciones de streaming y mermar las actividades sociales.
Las categorías de necesidades básicas son las menos afectadas, con mayor posibilidad a la compra en frecuencia, cantidad, formatos y marcas. La agencia halló que el 36% de los mexicanos prevé disminuir su gasto en combustible y electricidad, el 35% en la adquisición de ropa, el 33% en educación y cuidado personal y un 30% en comida.
En crisis económica o no, el consumidor mexicano buscará siempre estar convencido de que sus elecciones de compra son las mejores y tratará de sacar el mayor provecho a su dinero, inclusive el ahorro puede ser un concepto presente en cualquier contexto.
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