En días previos a su partida a Brasil, Oribe Peralta dijo que la verde tendrá su mejor participación de la historia, en un mundial de futbol. Así van. Así vamos. Haciendo historia. La actuación de nuestra selección frente a Camerún, a Brasil, a Croacia, presenta una constante: la verde tiene carácter, posee calidad, hace gala de un indeclinable afán de triunfo.
Frente a Camerún fallas arbitrales no le impidieron alcanzar la victoria. Ante Brasil, el equipo de casa, el pentacampeón, acaso el más firme candidato al título, jugó de igual a igual, el gol estuvo por caer en cualquiera de las porterías; al final se logró un empate sin precedentes. El partido con Croacia, antecedido por expresiones altaneras del director técnico de ese representativo, seguidas por alguno de sus jugadores, ratificó lo dicho: nuestro equipo tiene carácter. Las miradas fieras de los adversarios, los golpes mal intencionados, los gritos, no asustaron a los Rafa Márquez, a los Guardado, a los Javier Hernández. Si bien éstos tienen experiencia europea, fueron fielmente secundados por sus compañeros.
Los jugadores croatas Rakitic, Pranjic, Perisic, Modric, Olic, Mandzukic, pudieran ser descendientes de aquellos caballeros de la Mesa Redonda de Camelot, de la que cerca estuvo el monarca de Wessex, sir Cedric. A los nuestros les temblarían las piernas con sólo verlos, supusieron. Más no contaban con que si ellos tienen origen allá, a los de la verde el carácter les viene de los caballeros águila, de los caballeros tigre. ¿Cómo…? Ah, que aquellos son de Croacia, de la península de los Balcanes, y no de Britania. Bueno de Croacia o de Britania o de Galia o de Thule o de Germania, es lo mismo. Camelot encontró respuesta en la gran Tenochtitlan. La agresividad croata se manifestó también en las tribunas al caer el gol de Rafael Márquez. La actitud azteca fue la misma.
Bueno, lo importante es que la selección mexicana de futbol, muy diferente en temperamento a la que jugó la fase previa, ha mostrado consistencia. Sus armas: una portería muy bien cubierta; la defensa bien plantada, sólo ha recibido un gol; la media (permítaseme acudir al recuerdo de la formación tradicional), oportuna en la contención, en el reparto de juego, en la conducción; adelante, lo mismo tiros a distancia que jugadas de pared o a balón parado, dribling y remate, la forma de los tres goles ante Croacia lo demuestran.
En la dirección técnica un Miguel Herrera, así, Miguel Herrera, que ha imbuido confianza, decisión, audacia, al plantel completo. Herrera, hemos dicho, juega su juego. Con ello agrega valor al desempeño de los muchachos.
Con todo eso van a enfrentar a Holanda, cuyo director técnico, a diferencia del de los balcánicos, ha expresado su respeto por el equipo tricolor.
¿Pasaremos? Creo que sí, cuando usted tenga esta edición en sus manos seguramente ya sabrá de la celebración de cientos de miles, de millones, de mexicanos, en la columna de la Independencia y en las plazas y calles de la República. Estaremos con rumbo a enfrentar en cuartos de final, a quien nos toque, preludio para alcanzar las semifinales ¿Y después? Después lo que siga.
Jornada histórica, como anticipó Oribe Peralta ¿No cree usted?
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