A mediados del siglo XXI, varios pronósticos indicaban que la producción del petróleo llegaría a un pico y, después, declinaría tan rápido como creció. Sin embargo, los pronósticos no se han cumplido. La producción de petróleo y de otros combustibles fósiles se ha incrementado, según la doctora Alma Porres Luna, de la Comisión Nacional de Hidrocarburos.
La comisionada, investigadora en el área de la ingeniería geofísica, comentó que, de acuerdo con la Energy Outlook 2016 de la operadora BP, “la perspectiva para el 2035 muestra que en los sectores de transporte, generación eléctrica, industria y otros, la principal fuente de energía seguirá siendo la fósil, y las previsiones de producción de energía indican que la mayor parte también corresponderá a fuentes fósiles, con alrededor de un 80 por ciento”.
Porres Luna comentó que el pronóstico energético de México, de acuerdo a datos de la International Energy Agency en su reporte Mexico Energy Outlook, “las prospectivas de la demanda de fuentes fósiles disminuirán a 83% para el 2040, una disminución del 7% comparado con la del 2014, lo cual indica que el país seguirá dependiendo de estas fuentes”.
Ante esta perspectiva, y con la declinación en la producción nacional tanto de petróleo crudo como de gas natural, Porres Luna reconoció que el reto es grande. Sin embargo, se mostró optimista al decir que durante su larga trayectoria en el sector de hidrocarburos, ha visto como el conocimiento, la investigación y el desarrollo tecnológico han ayudado a superar a explorar horizontes que antes se creía que no eran técnica ni económicamente viables.
La investigadora expuso que “se estima un recurso prospectivo para recursos convencionales de alrededor 52.6 mil millones de barriles de petróleo crudo, equivalente al 47% del total estimado. El 53% restante lo representan recursos no convencionales, los cuales requieren de mayor conocimiento geológico”. Porres Luna señaló que para recursos no convencionales, “en México se está trabajando en la regulación, la cual debe ser acorde a la tecnología que se utiliza para la explotación de estos recursos”.
Sobre la exploración en aguas someras en el Golfo de México en un periodo de 36 años (1980-2016) resaltó que en México el éxito exploratorio ha sido sorprendente. Comparado con Estados Unidos y Brasil, con 3,300 pozos y 1,284 pozos, respectivamente, en México solo con 201 se han incorporado un número mayor de reservas, así como una producción acumulada significativamente mayor a estos dos países.
Alma Porres Luna destacó que en México existe un gran potencial de hidrocarburos aún no explorados ni explotados, pero se requieren competencias y tecnologías avanzadas para su mejor aprovechamiento. Para ello se realizan estrategias de exploración y extracción, las cuales se ven reflejadas en el Plan Quinquenal de la Secretaría de Energía.
Apuntó que hacen falta profesionales con una visión integral en la cadena de valor de hidrocarburos y con capacidades específicas para cada área a desarrollar. Ante el auge de energías renovables, recalcó que “la energía fósil es y será la principal fuente de energía en los próximos años”.
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