Despiertan los volcanes

Aunque usted lo pueda o no creer, el Cambio Climático (CC) sí aumenta la actividad de los volcanes. Ese es el motivo de la gran actividad de este tipo registrada en el orbe, según lo documenta un estudio de campo del Centro de Investigación Oceánica Helmholtz (Geomar) y la Universidad de Harvard.

Según este estudio, que abarca los últimos 460 mil años, después de un aumento rápido en la temperatura, viene un período alto de actividad volcánica.

Se detalla que cuando aumenta la temperatura de la Tierra, los glaciares se derriten, lo que hace que el peso en los continentes sea más ligero; pero, en cambio, el agua va a incrementar la masa de mares y océanos, lo que de paso aumenta la presión sobre las placas tectónicas oceánicas.

Se explica que el cambio de esa masa y la presión que ejerce lleva a nuevas tensiones, lo que obliga a la apertura de nuevas rutas para la expulsión del magma, lo que ocasiona la actividad volcánica.

Lo único bueno dentro de lo malo es que, según el estudio, actualmente, el Planeta se encuentra al final de una etapa muy caliente, pero de un momento a otro, puede haber otro aumento de temperatura que reactive a los volcanes.

ONTAKE MATA A 43
El volcán Ontake que se encuentra en el centro de Japón, inesperadamente entró en brutal erupción, lo que le costó la vida a 43 personas. Las autoridades niponas esperaban que el número de decesos se incrementara, al menos, 50 por ciento.

Ambientalistas japoneses y de otras nacionalidades indicaron que la erupción de la cima mencionada se debe al calentamiento climático global, al tiempo que exigieron a los gobiernos nacionales tomar medidas urgentes para frenar y revertir este fenómeno que es el más terrible que amenaza a la supervivencia de la humanidad.

Es urgente que los históricamente grandes contaminadores salden sus rezagos ambientales con el Planeta, entre ellos, Europa, Estados Unidos y Japón.

Ya es tiempo, dicen los ambientalistas, que los grandes contaminadores del Planeta, los países del primer mundo y los emergentes lleguen a un acuerdo para crear un instrumento que realmente sirva para parar el calentamiento global.

Que ya no den pretextos ni hagan instrumentos insignificantes como el Protocolo de Kyoto que, de hecho, no sirvió para nada. Los grandes contaminadores deben hacer reglas claras y obligatorias y desde luego, que lo cumplan para acabar con la amenaza del calentamiento climático global.

NUEVO RECORD DE GEI´s
Las concentraciones de protóxido de nitrógeno, dióxido de carbono y metano en la atmósfera en 2013 alcanzaron su máxima expresión, es decir, 121, 142 y 253 por ciento más que en la época del arranque industria (año 1750), según informe de la Organización Meteorológica Mundial (OMM).

Asimismo, destaca que esas concentraciones tan grandes afectan a la atmósfera y océanos, por lo que la OMM exhorta a los líderes mundiales a realizar mayor esfuerzo para encontrar un combustible verde que sustituya al petróleo que tanto daño ha causado al Planeta.

Como consecuencia de lo anterior, ahora se sabe bien que se han modificado los patrones climáticos, por lo que las condiciones meteorológicas se tornaron extremas y serán peores en caso de no corregir esta situación.

Por cierto, la misma OMM también indica que 2013 fue el sexto año más caliente desde mediados del siglo XIX cuando inició el registro del clima.

DESPLAZADOS AMBIENTALES
El CC global exacerbó los diferentes desastres naturales y condiciones del medio Ambiente raquíticas y vulnerables para los pobres, por lo que durante 2013, 22 millones de personas migraron de sus sitios de residencia hacia otros para encontrar las condiciones necesarias para sobrevivir, dio a conocer la ONU.

Esa cifra de refugiados ambientales continuará creciendo en caso de no mejorar las condiciones. De tal suerte que para el 2050 la cifra de migrantes ambientales ascenderá a 250 millones de anuales.

Además, de que para entonces, habrá mil millones de desplazados por sequía, calor, corrimiento de tierra, inundaciones, ciclones y frío, entre otros.

MÉXICO ALTAMENTE VULNERABLE
Por su ubicación geográfica, por sus mares y excesiva deforestación, México es altamente vulnerable a diversos fenómenos climáticos, por lo que buena parte del país resiente ya los efectos del CC, cuyos costos anuales ascienden a casi 600 mil millones de pesos.

De acuerdo con algunas fuentes extranjeras, México tiene 900 mil desplazados o refugiados ambientales por año, especialmente por sequía y porque sus tierras flacas no dan frutos.

En el mundo, los desplazados ambientales superan a los refugiados por guerra; en México, los desplazados por inseguridad sigue siendo mayor a los refugiados ambientales.

México: 25 millones, en peligro constante

De acuerdo con la Estrategia Nacional de Cambio Climático, el riesgo de desastre es el escenario más grave para la población e infraestructura, después se tienen la exposición, peligro o vulnerabilidad para diferentes poblados del territorio patrio.

De tal suerte que mil 385 municipios de México enfrentan riesgos de desastres naturales y que pone en peligro, bienes, integridad física y vida de más de 27 millones de mexicanos.

Por lo que toca a la exposición, se detalla nada ni nadie se salva de sufrir los efectos del CC, dado que ahí se incluyen 2,456 municipios, toda la población, producción industrial y agropecuaria, así como la infraestructura.

Aunque lo verdaderamente grave, está en 754 municipios con algún grado del índice de Vulnerabilidad Social que calcula algún grado de afectación que pudiera presentarse en caso de fenómenos naturales extremos por el CC.

Además, 1,738 municipios cuentan con algún grado de vulnerabilidad pecuaria; 1,204, vulnerabilidad agrícola por temporada; 999, vulnerabilidad agrícola por precipitación y 1, 270 municipios cuentan con algún grado de vulnerabilidad en salud.

El mayor riesgo de enfrentar transmisión de enfermedades se encuentran 475 municipios; 1,020, en peligro de sufrir olas de calor; 545, bajo rendimiento por temperaturas; 548, reducción del rendimiento por escasez de lluvias; 1,202, sequías; 824, peligro de inundación y 283, de sufrir deslaves.